Francisco Salas3 min lecturaEl ciclismo actual no está falto de grandes colosos, capaces de conseguir que cada carrera sea una guerra y que en cualquier momento se pueda convertir en un acontecimiento histórico. La referencia de esta generación que mencionamos es Tadej Pogacar, pero incluso en los días en los que no está, como en estos Juegos Olímpicos de París, hay alguien para tomar la carrera y lucirse hasta la victoria. Hoy ha sido el turno de Remco Evenepoel, que apenas una semana después de su título en la contrarreloj, ha abierto una página inédita al conseguir un doblete, de la mejor forma posible, con una portentosa exhibición a lo largo de los 273 kilómetros de recorrido, con salida y llegada en Trocadero.
Exhibición con poderío y con susto de última hora, pues un pinchazo a 3,5 km de meta a punto estuvo de arruinar al belga, desde ahora doble campeón de crono y ruta en Juegos Olímpicos y Mundiales. Una hazaña que adornó bajándose de la bici en la línea de meta y levantando los brazos con el fondo de la Torre Eiffel, dejando una imagen icónica que le confirma como lo que es, el rey de París, y el primero en alcanzar ese hito histórico de doblar oros en una misma edición.
El resto del podio fue francés, con la plata para Valentin Madouas, que entró a 1.10 del belga, y bronce para Christophe Laporte, a 1.16 Mientras los españoles no estuvieron en la lucha por los puestos de honor. El primer clasificado fue el campeón nacional Alex Aranburu, en el puesto 18. Juan Ayuso entró en el 22 y Oier Lazkano, en el 35.
Lo que también se echó en falta fue el protagonismo de los dos grandes favoritos, Mathieu Van der Poel y Wout Van Aert, aunque eso sí, lo intentaron a poco más de 40 de meta, pero cuando Remco estalló la carrera, los cogió desprevenidos. Una vez que el joven belga saltó por delante, aprovechó las grandes piernas que tiene después de venir del grandísimo Tour que hizo, en el que subió al podio. Y cogió a un grupo de escapados entre los que estaban Madouas, Ben Healy o Lutsenko, entre otros. Pero el único que pudo seguirle fue el francés, que eso sí, lo pagó caro a falta de poco más de diez para meta cedió, y casi pierde el minuto y veinte segundos que tenía sobre el grupo perseguidor, pero a base de pundonor pudo mantener la plata. Además, para gozo de los anfitriones, el tercero fue Laporte, muy superior en el sprint.