La sequía de medallas españolas en el judo se frenó este sábado en París, 24 años más tarde, cuando Fran Garrigós impuso un waza-ari al georgiano Guiorgui Sardalashvili.
"Me sabe como si fuese oro... Una medalla en los Juegos Olímpicos es muy diferente. Puedes ganar 20 veces los campeonatos del mundo, pero al final una medalla en los Juegos para deportes menos mediáticos creo que es muy importante", dijo Garrigós nada más conseguir el bronce.
Arropado por algunas decenas de españoles en las gradas, a los que saludó al finalizar el combate, el bronce logrado por el madrileño tiene un enorme valor. Primero para él, pues se planteó retirarse tras el revés en Tokio y luego para su país. España, que acumula preseas en mundiales y europeos, no lograba una medalla en judo en unos Juegos desde que Isabel Fernández ganó la última, un oro en Sídney 2000.
Pero no todos se han tomado igual de bien la victoria de Garrigós. Para luchar por el bronce, el español tuvo que ganar en cuartos de final al japonés Ryuju Nagayama, quien no quiso darle la mano tras el combate, generando una polémica en el país asiático.
"Le han mandado mensajes de Japón un poco desagradables y no entiendo por qué, Fran ha hecho su trabajo. No sé qué protestan. Le ponían 'No vuelvas a Japón, no vas a ser bien recibido'. 'Es una deshonra'... No tienen razón", explicó Quino Ruiz, entrenador de Garrigós en zona mixta.
"El reglamento dice que cuando estás haciendo lucha de suelo y te están estrangulando, si pierdes el conocimiento, automáticamente has perdido, es ippon. El árbitro ha dado un mate, desde mi punto de vista mal dado. Y él ha perdido el conocimiento", añadió.
La delegación japonesa se queja de que, aunque la jueza ya había dado por finalizada la técnica y detenido el combate, el español siguió unos segundos más con la estrangulación.
"No he querido mirarlos. Cada uno tiene su opinión y hay que estar en cada combate al 100%... El árbitro había dado mate y yo seguí sin darme cuenta por el ruido, hasta que se acercó y le solté, pero quedarse dormido en el tatami supone que la victoria es para el rival. Ha sido así siempre y las reglas son las mismas para todos", apuntó el judoca español.
"Creo que son cuatro chalados que siempre hay por ahí, porque también ha recibido muchos mensajes de apoyo desde allí. Hay que saber perder y hay que ser elegante. ¿Por qué no le ha saludado? Se ha quedado dormido. Fran había venido aquí a competir y a ganar", sentenció.