Poco más de cinco días quedan para que se encienda la llama olímpica en París, y la capital francesa sea el objeto de todas las miradas, tanto del mundo del deporte como de todos y cada uno de los ámbitos; pocos eventos son tan importantes a nivel sociopolítico como los Juegos Olímpicos, y en este momento convulso, aún mucho más. Por eso vamos a destacar a la mayor potencia mundial, Estados Unidos, para los que los JJOO son una cuestión de estado, y se vuelcan en ellos como el gran objetivo de su campaña. Uno de estos deportes es el baloncesto, donde gracias a sus estrellas NBA tienen una superioridad tal, que todo lo que no sea que ganen por paliza todos y cada uno de sus partidos, sería una sorpresa.
El bloque, dirigido por Steve Kerr, múltiple campeón de la liga con los Golden State Warriors, y unánimemente uno de los mejores entrenadores del mundo. Pero no se ganan los partidos en la banda, si no que para eso están los jugadores, y han juntado un auténtico All Star, con 12 jugadores prácticamente inmejorables, comandados por Lebron James, que tras 2008 y 2012, quiere volver a conquistar el cielo olímpico; junto a él, Kevin Durant, Stephen Curry y muchos más.
Los cromos bien, pero tras eso hay que plasmarlo en la pista; por ahora llevan tres partidos de preparación, comenzaron con quizá su mayor adversario, la Canadá de Jordi Fernández, a la que ganaron; después hicieron los propio con la Serbia del MVP de la NBA, Nikola Jokic, con la que hicieron lo propio. Pero el partido en el que se les han visto las costuras no ha sido contra un equipo a priori muy muy llamativo, Sudán del Sur.
Los africanos sorprendieron desde el minuto uno a los 'yankees' en base a la intensidad y a la fortaleza física y defensiva, además de que se aprovecharon de que los de Kerr no parecían tener su día; no encontraban su ritmo, ni circulaban en ataque como acostumbran, y para colmo, no metían una desde el triple. Tal fue la debacle, que en el descanso perdían de 16. Pero en el segundo cuarto, su líder, Lebron James, se echó al equipo a la espalda, y le salió bien. Ya no solo porque lideró la remontada, si no que a falta de ocho segundos anotó una bandeja que puso el 101-100. En ese momento, Carlik Jones se quedó la presión de meter el tiro ganador, pero no fue capaz, y los africanos se quedaron a las puertas del sorpresón. Eso sí, en París se volverán a citar, esta vez de forma oficial, ya que comparten grupo.