La inesperada ausencia del botsuano
Isaac Makwala el pasado lunes, en las eliminatorias de los 200 metros, sorprendió a organizadores y aficionados. Con el paso de las horas, se pudo salir de dudas. Un foco de gastroenteritis había sido detectado en uno de los hoteles donde se alojan parte de los atletas de los
Campeonatos del Mundo de Londres.
"Estamos trabajando con el ministerio de Salud Pública para controlar y contener la situación”, explicó con el tiempo el Comité Organizador en un comunicado oficial.
Después de meses preparando la cita más esperada de la temporada, el africano se vio privado de luchar por sus objetivos, tanto en los
200 como en los
400 m, por un grave 'error' de un tercero, en este caso del hotel.
Echando la vista atrás, y dado lo que se juegan los deportistas profesionales tras semanas y semanas de sacrificio, las excentricidades higiénicas del
Sky suenan ahora algo menos ridículas. Rarezas que, según publicaron varios medios, llegaron al extremo en el último
Tour, al que la escuadra británica acudió con nueve lavadoras, una por corredor, para evitar posibles contagios.
También prohibió a sus ciclistas darse la mano, prefería que chocaran puños en caso de celebración. Tal vez sea exagerado, pero
Makwala se habría ahorrado un gran disgusto de ser ciclista y correr en el
Sky.