Un triunfo en los últimos diez partidos; 14 puntos en el segundo tercio, los mismos que en el primero, en el que fue destituido
Gustavo Poyet; décimo cuarto, con 28 puntos; a nueve de la décima plaza, que marca el
Alavés con 37, ¡el Alavés!, un recién ascendido y en la final de la
Copa del Rey; y a nueve también del descenso, que, dicho sea de paso, va camino de ser el descenso más barato de la historia de la Liga de tres puntos; bueno, y ni que decir tiene que equipos como el
Eibar, Las Palmas o el propio
Alavés, con un menor presupuesto que el
Betis, están por delante en la tabla de clasificación. Pero, a
Miguel Torrecilla lo que le importan son las sensaciones.
"Da igual ganar o perder", eso es lo que dijo el director deportivo del conjunto verdiblanco ayer en la rueda de prensa en la que pretendía hacer un balance (balance: análisis de lo bueno y lo malo) del segundo tercio de la temporada y en la que terminó haciendo una loa a las buenas sensaciones que transmite el equipo. Sensaciones que no parece que compartan la inmensa mayoría de los aficionados. "Habría que preguntarle a los béticos qué prefieren, si transmitir buenas sensaciones o cumplir con el objetivo". Pues, mire, señor
Torrecilla,
ESTADIO tiene respuesta a su pregunta.
Una aplastante mayoría (superior al 80 por ciento) prefiere que su equipo gane, que gane, como sea, aunque sea de penalti injusto en el último segundo, pero que gane, y que se coloque no el décimo, sino que pelee por plazas europeas. El resto (menos de un 20 por ciento) coincide con usted en que las sensaciones pueden compensar los malos resultados. Pero, con todo, no se quede con los números, que ya de por sí son apabullantes en contra de su planteamiento, quédese con que el bético está harto de estar harto, de ver a su equipo conformarse con esa "medianía" de la que usted habla y haga, por favor, un ejercicio mucho más profundo de autocrítica. Le aseguro que les irá mejor a usted y al
Betis.