El Real Zaragoza volvió a tropezar en el momento más crítico de la temporada. Cuando parecía que Mario Soberón había devuelto la esperanza con un golazo, un tanto de Dubasin en el minuto 91 dejó al equipo aragonés sin el triunfo y prolongó su crisis. El empate ante el Sporting mantiene a Miguel Ángel Ramírez en la cuerda floja, con la sensación de que su futuro depende del resultado ante el Eldense, un rival directo en la lucha por la permanencia.
La realidad es que el conjunto blanquillo acumula cinco jornadas sin conocer la victoria, con solo un triunfo en los últimos ocho encuentros de 2025. Mientras el equipo sigue sin encontrar soluciones, los números son los de un candidato firme al descenso.
El partido dejó una sensación familiar en La Romareda: un equipo con más voluntad que fútbol, incapaz de gestionar sus ventajas y condenado por sus propios errores. En la primera parte, el Sporting mostró más presencia ofensiva, con un remate al poste incluido, mientras que el Zaragoza intentó resistir sin demasiados argumentos.
Ramírez apostó por un once con Pau Sans y Dani Gómez en ataque, dejando en el banquillo a Bazdar, mientras que Albés solo realizó un ajuste en el Sporting, con la entrada de Guille Rosas en defensa. El conjunto visitante fue el que generó más peligro en los primeros 45 minutos, pero el marcador no se movió.
Tras el descanso, los maños intentaron cambiar el guion. Soberón, tras meses de lesiones, reapareció como héroe provisional con un gol de gran factura en el minuto 50. Con el 1-0, el Zaragoza encontró un respiro y se sintió más cómodo esperando al rival para buscar el contragolpe.
Sin embargo, la historia se repitió. El equipo aragonés no sabe cerrar los partidos y su endeble defensa volvió a costarle puntos. Dubasin, en el minuto 91, aprovechó un nuevo error defensivo para firmar el empate y castigar la falta de contundencia del Zaragoza. Para colmo, el Sporting casi se lleva la victoria en el descuento, pero Femenías salvó un remate a bocajarro de Campuzano.
Con solo siete puntos de 24 posibles en las últimas jornadas, la situación del Zaragoza es cada vez más alarmante. Ramírez, que hablaba recientemente de proyectos a largo plazo, se encuentra en una posición insostenible. El duelo ante el Eldense será una auténtica final para el técnico y para un equipo que no puede permitirse seguir dejando escapar puntos.
El Zaragoza no encuentra soluciones ni en defensa ni en ataque, y lo más preocupante es que cada partido parece un reflejo del anterior: momentos de buen juego intercalados con errores fatales que le condenan. La afición, cada vez más impaciente, exigirá una reacción inmediata, pero el equipo parece sumido en una crisis sin fin.