El Valencia ya tiene lo que quería al comienzo del mercado de fichajes de enero. Un delantero, Umar Sadiq, y un lateral derecho, Max Aarons, los cuales vienen a cubrir las posiciones más débiles en la plantilla que entrena Carlos Corberán. Dos refuerzos que pueden jugar ya gracias a los esfuerzos que ha hecho el Valencia quien los ha podido inscribir acogiéndose a un artículo del reglamento de LaLiga.
El Valencia se ha acogido al artículo 107 de LaLiga para poder utilizar parte de la ficha de un lesionado de gravedad, de más de cuatro meses, como es el caso de Thierry Correia, que se pierde toda la temporada, que unido al remanente que le quedaba, algo más de un millón de euros, tal y como informamos en ESTADIO Deportivo, le ha permitido pagar a la Real Sociedad los 500.000 euros por la cesión de Umar Sadiq, los 200.000 euros al Bournemouth por el préstamo de Max Aarons y los dos salarios de los jugadores. Así lo apunta SER Deportivos Valencia de la Cadena SER.
Todo ello lo ha conseguido gracias a ese millón de euros que le quedaba en el límite salarial y también gracias a que le ha dado de baja, en tiempo y forma, a Thierry Correia al que le ha dado de baja.
A pesar de ello, el Valencia está obligado a devolver todo este dinero de aquí a final de temporada si no quiere que este gasto se le impute en la próxima temporada y se vea perjudicado a la hora de hacer el equipo de la siguiente campaña.
Lo importante, en definitiva, es que el Valencia ya puede contar tanto con Umar Sadiq y Max Aarons que vienen a reforzar dos posiciones en las que el club valenciano está teniendo problemas en esta temporada. En la delantera, el Valencia sólo ha podido contar con Hugo Duro debido a que Rafa Mir por problemas extradeportivos y por lesiones no ha podido rendir casi nada. En el lateral derecho, la lesión de Thierry Correia, que se pierde lo que resta de temporada, dejó al Valencia sólo con Dimitri Foulquier como futbolista que juega con naturalidad en dicha demarcación.
Esto ha obligado al Valencia a realizar ajustes económicos y maniobras financieras para cumplir con las reglas de LaLiga, la cual es estricta en el gasto salarial de los equipos tal y como se ha podido ver con el caso Dani Olmo en donde el Barcelona sólo ha podido inscribir al atacante con una autorización del Consejo Superior de Deportes (CSD).