Alejandro Sáez4 min lecturaEsperan en Valencia que este 2025 sea finalmente el año en el que Peter Lim vende sus acciones del Valencia CF y dice adiós a Mestalla tras diez años al frente de un club que ha ido descapatizalizando deportiva y socialmente. Así lo marcan los últimos movimientos de la entidad, habiendo acomodado su deuda gracias al dinero de Goldman Sachs o habiendo retomado las obras del Nuevo Mestalla, tras 15 años de paralización.
Unos movimientos por parte de la dirigencia del club que invitan al optimismo en este sentido, así como el fuerte desembolso realizado con el cambio de entrenador o el esfuerzo que se está realizando en materias de fichajes en este mes de enero con la clara intención de reforzar al plantel y eludir el descenso, lo que dinamitaría claramente la venta del Valencia CF, al menos en los términos económicos que Peter Lim pretende.
Como se viene hablando en las últimas semanas, hace tiempo que Peter Lim comenzó a mover toda la maquinaria necesaria para desprenderse del club che, a falta de encontrar un comprador. Incluso los contratos de venta están ya redactados, habiendo sido facilitados a varios compradores potenciales para que conozcan de primera mano las exigencias del empresario singapurense.
Una venta que Peter Lim ha tasado en 450 millones de euros, tal y como se ha filtrado, aunque escondería cierta trampa, tal y como denuncian las voces opositoras. Y es que la compra del Valencia CF para el nuevo comprador se iría por encima de los mil millones de euros, teniendo en cuenta los 450 kilos que solicita Lim y la deuda de unos 700 kilos que, aunque ha sido acomodada, sigue arrastrando el conjunto che. En esas cifras, lógicamente, no es tan sencillo un comprador que se arriesgue a afrontar este reto empresarial. Es decir, que Peter Lim está encontrando problemas con el nuevo comprador.
Este no es el único problema con el que se está encontrando Peter Lim a la hora de vender el Valencia CF, sino que la presión del valencianismo también está jugando una presión determinante de cara a los nuevos pretendientes. La crispación que se vive en Mestalla, donde no quieren a Lim ni tampoco acaban de fiarse de cualquier empresario extranjero que venga con aires de salvador, tampoco invita a los compradores a afrontar el reto. El propio Tebas ya habló sobre ello tiempo atrás: “No voy a decir mis conversaciones con PETER LIM con el Valencia. Cualquier club se puede vender. Lo que no puede hacerse es obligar a vender. Eso perjudica porque ahuyenta a los compradores, ya que piensan que si va mal una temporada se le echan 30000 personas encima”. En definitiva, el Valencia está 'vendido', pero sin comprador por el momento.