Luisma Sánchez
En la Unión Deportiva Almería se respiran aires convulsos. El equipo de Rubi está ofreciendo varios altibajos esta temporada. Es cierto que tratándose de un recién ascendido el principal objetivo del equipo es no descender, aunque están tan solo a tres puntos de la zona roja de la tabla. Su apuesta por los más jóvenes desde la directiva saudí no está ofreciendo resultados de inmediato, lo que puede llevar al equipo a pagarlo caro.
Desde que Turki Al-Sheikh cogió las riendas del equipo indálico, se ha demostrado su gran apuesta por los grandes talentos para más tarde sacar cierto rendimiento económico, que a veces prima más sobre las directrices a seguir. El equipo, en Primera división está mostrando un buen nivel en casa, pero cuando le toca viajar todo son problemas. Aún el equipo de Rubi no sabe lo que es ganar lejos del Power Horse Stadium.
A principios de temporada, con una plantilla poco definida, el equipo tiró de los más jóvenes para hacer frente a los más grandes de la competición y por muy sorprendente que sea, los rojiblancos conseguían resultado. Jugadores como Ramazani se echaron el equipo a la espalda y tiraron del carro del equipo, como en anteriores temporadas en Segunda división cuando las cosas no salían como querían.
Rubi ya lleva tiempo en el banquillo rojiblanco y ha pasado de todo, tanto alegrías como tristezas. En esos momentos bajos incluso se llegó a preguntar a otros entrenadores para suplirle. De hecho, según hemos podido saber en ESTADIO Deportivo, el entorno cercano a un jugador de la UD Almería habla de que cierto entrenador estaba haciendo ya las maletas hace un año para sustituirle.
Sorprende que Rubi se haya decantado por un once tirando más de cierta veteranía y se le haya olvidado en parte de los más jóvenes. Los Embarba, Melero, Luis Suárez, Leo Baptistao…están acaparando el once. Hay que ser sensatos, también están rindiendo, aunque tienen altibajos. Ahora bien, la pregunta es inevitable. Ante una apuesta por los más jóvenes desde la directiva, ¿por qué se confía en esa veteranía que en ciertas ocasiones no aporta mucho al equipo?
Largie Ramazani es el ejemplo más significativo de esto. El jugador belga ha sumado esta jornada su segundo partido consecutivo sin sumar ni un solo miunto. Sabiendo su estilo de juego desequilibrante, es una de las mayores necesidades de la UD Almería en estos momentos, ya que en el pasado lo ha demostrado. Incluso en la pretemporada recuperó su olfato goleador, pero poco a poco se ha ido saliendo del once y ahora ya ni siquiera tiene minutos para calzarse las botas.
El técnico catalán opta por darle oportunidades a jugadores como Lázaro Vinicius (todavía en una clara adaptación a nuestro fútbol) o Arnau Puigmal (que poco ha demostrado hasta la fecha).
Los objetivos de la UD Almería eran claros: ofrecer fichajes para que sumaran y sobre todo que su apuesta por la juventud, pero para que sean hombres importantes. Si los resultados no están saliendo como se esperaban, igual no habría que esperar tanto al futuro.
Este tema de los fichajes que no terminan de salir en adelante, muchos terminan por preguntarse por el papel de Rubi que muchas veces parece que él mismo quiera a ciertos jugadores para su plantilla. Un ejemplo de ello es Fernando Pacheco.
Pero eso no es todo, en el filial rojiblanco también sucede en cierta medida, puesto que precisamente otro Ramazani, su hermano Diamant, tampoco está teniendo minutos a las órdenes de Óscar Fernández.
El Almería está rompiendo en cierta manera con los objetivos dictaminados, aunque también esto se verá a finales de temporada. Su apuesta por los jóvenes por parte de la directiva saudí no termina de casar con lo que en cierta manera Rubi quiere hoy en día. Aun así, también parece haberse olvidado de algunos jugadores que han sostenido al equipo en el camino que ha llevado al equipo hacia Primera división.