El reglamento ofrece una coartada a Busquets Ferrer y, sobre todo, a su asistente este sábado desde la sala VOR de Las Rozas, Trujillo Suárez. El tinerfeño puede decir perfectamente que no vio motivos de peso para quebrantar la opinión del colegiado principal, que vio desde relativamente cerca las dos acciones más polémicas del Sevilla FC-Getafe CF y dictaminó que ninguna de ellas era merecedora de penalti. Con la tercera en discordia, el gol anulado a Bertug Yildirim, no había debate alguno sobre su posición ilegal a la hora de cabecear a la misma escuadra. Pero sí existe una duda razonable en otras acciones del segundo tiempo que, visto lo visto, habrían hecho desembarcar mucho antes la tranquilidad en el Ramón Sánchez-Pizjuán, igual que si Isaac Romero, al filo del descanso, o Jesús Navas, al poco de la reanudación, hubiesen aprovechado las asistencias de Örjan Nyland; o si Dodi Lukébakio no llega a estrellar su zurdazo en el palo.
En la primera de las dos jugadas mencionadas, en el minuto 54, Marcao no llega a conectar en el primer palo y su omisión sorprende a Yildirim, que salta con su brazo derecho despegado del cuerpo, cortando con él la jugada. El árbitro balear, enseguida, dice que no ha pasado nada y desde el VAR le dan la razón, entendiendo que el delantero turco no ocupa un espacio antinatural (lo cual es bastante cuestionable) y está retirando precisamente ese miembro para esconderlo. Bien es cierto que desde el CTA advirtieron que esta temporada iban a evitar la señalización de los conocidos como 'penaltitos' o 'penaltis light', pero, como ocurre con los pisotones y los roces leves, lo que molesta es la diferencia de criterio cuando enfrente están Real Madrid y FC Barcelona o, por el contrario, cualquiera de los mal denominados como equipos mortales.
Todavía más controversia genera la jugada del minuto 87, cuando Juanlu Sánchez se marcha al contragolpe y trata de regatear dentro del área al ex nervionense Juan Berrocal. Con una amarilla poco antes, Busquets Ferrer tiene claro que es un 'piscinazo' y le muestra la segunda, dejando al Sevilla FC durante un buen rato, pues se añadieron catorce minutos de alargue por varias razones, entre ellas la salida en camilla de Marcao Teixeira que activó el protocolo Fifa sobre conmociones cerebrales, por lo que el daño pudo ser mayor. Aunque los de García Pimienta terminaron venciendo, el afectado y el propio míster catalán se quejaron de lo que se aprecia en alguna repetición. Y es que, aunque es cierto que el quinteño exagera la caída, existe un toque de su pie izquierdo con la cadera derecha de Berrocal que le desequilibra un poco, quizás no para pitar la pena máxima, pero, al menos, para exculparle de la roja.