Álvaro Palomo3 min lecturaDentro del contexto de la búsqueda activa de la dirección deportiva de un delantero de cara a enero, días atrás apareció en el horizonte nervionense el nombre de un futbolista que sigue desde hace tiempo Víctor Orta y que ya intentó firmar el pasado verano al terminar contrato con el Espanyol como sustituto de En-Nesyri.
En este sentido, a principios de semana el diario Marca apuntaba el interés actualizado del Sevilla por hacerse con los servicios de Martin Braithwaite y que incluso se habría producido una llamada de teléfono por parte blanquirroja para conocer a predisposición del danés a poner punto y final a su flamante aventura en el Gremio, destino elegido en el pasado mercado estival.
Un interés que, sin embargo, el propio Víctor Orta negó rotundamente en una breve charla mantenida con un periodista brasileño a la que tuvo acceso ESTADIO Deportivo y en la que responde con un 'no' tajante a la pregunta sobre si Braithwaite es objetivo sevillista para enero.
Es indiscutible que el ex de Leganés y Barcelona gusta en el Sánchez-Pizjuán, pero las circunstancias actuales convierten en prácticamente imposible su fichaje, de ahí que el Sevilla ni siquiera lo haya intentado según se extrae de la negativa de Orta y apuntan diversas fuentes brasileñas a este diario. Y es que Braithwaite está brillando a día de hoy en el Gremio, donde suma ocho goles y dos asistencias en 17 encuentros y su club actual solo lo dejaría salir bajo la fórmula de traspaso y unas cifras inalcanzables a día de hoy para las arcas hispalenses.
En este sentido, desde Gremio se asegura que nadie del Sevilla ha contactado con ellos para preguntar por Braithwaite a la par que avisan de las condiciones que le exigirían en el caso de que se produjera algún movimiento de aquí a enero.
En este sentido, ESTADIO ha podido saber a través del entorno de la entidad tricolor que el traspaso supondría un coste de 6-7 millones de euros y que no estarían dispuestos a negociar tanto en cuanto cuentan con el respaldo de la sorprendente y llamativa cláusula de rescisión establecida cuando fichó su nuevo contrato a pesar de llegar con la carta de libertad.
Así, confirman a ED que su precio de liberación se eleva nada más y nada menos que a 50 millones de euros, una cifra estratosférica que impide regatear las exigencias del Gremio para su salida más allá de que el delantero viera con buenos ojos regresar a España.
Más adelante, en próximos mercados, el Gremio podría verse obligado a ceder por sus problemas económicos, pero no a día de hoy.