José López4 min lectura"Así es el fútbol actual, dejan seguir y es el VAR el que les corrige después. Esto demuestra la poca personalidad que tienen. Es el nuevo fútbol", señalaba tras el Sevilla-Celta el entrenador nervionense, José Luis Mendilibar, que siempre se ha mostrado en contra de esta metodología y que considera que hace peores a los árbitros.
El técnico vasco se refería concretamente a la jugada de la segunda cartulina amarilla que vio Pape Gueye, en la que el árbitro, Pizarro Gómez, no pito falta cuando estaba justo al lado y luego cortó una jugada muy peligrosa que lideraba el futbolista senegalés a instancias del árbitro del VAR, quien le dijo que había habido un pisotón y que era amarilla. Ese cuarto árbitro era Carlos del Cerro Grande.
El veterano colegiado madrileño, que en las horas previas al Sevilla-Celta fue noticia al ser designado por la UEFA para arbitrar en la Liga griega el derbi entre el Olympiacos y el Panathinaikos, fue el árbitro que dirigió el primer partido del equipo de Nervión en la presente temporada. Desde entonces, sus apariciones han resultado nefastas para el club sevillano.
En aquel partido, un Osasuna-Sevilla, pitó un penalti en contra del Sevilla FC, en una acción del Papu Gómez sobre Moncayola, que sólo vio él. Su acción fue muy protestada y le costó al Sevilla la primera derrota. Tal fue el enfado que tanto el presidente del club, José Castro, como el director deportivo, Monchi, bajaron a la conclusión del encuentro para dirigirse a él y Del Cerro Grande lo hizo constar en el acta del partido.
La polémica no quedó ahí, ya que se filtró que el CTA (Comité Técnico de Árbitros) tampoco se explicaba cómo esa jugada había acabado en penalti y más aún que el colegiado del VAR no le hubiera advertido a Del Cerro Grande de su error. No se sabe si llamaron al orden al colegiado o no, pero la siguiente ocasión que se cruzó con el Sevilla también fue protagonista.
Fue ya con Jorge Sampaoli en el banquillo y, de hecho, fue el partido posterior al derbi sevillano y el último antes del Mundial. En ese encuentro, ante la Real Sociedad, dejó al Sevilla con dos jugadores menos en la primera parte tras expulsar en seis minutos a Rakitic y a Tanguy Nianzou.
En el Sevilla-Celta, su intervención resultó vital para que el Sevilla tuviera que jugar con diez durante más de 70 minutos y las quejas del equipo de Nervión, manifestadas a través de un comunicado, reflejan el malestar que hay en la entidad sevillista con los árbitros. Desde el club no quieren señalar, pero el nombre del árbitro madrileño está muy presente.