El Sevilla y el Papu Gómez llegaron el último día de mercado a un acuerdo para la desvinculación del argentino, una de las fichas más altas de la plantilla, lo que, unida a la salida de Idrissi, permitió liberar una importante masa salarial con la que se inscribió a Soumaré, Mariano Díaz y, posteriormente, a Sergio Ramos.
El campeón del mundo sigue por ahora en la capital hispalense y, aunque ya han pasado tres semanas desde su desvinculación, aún no ha encontrado destino. En Italia han insistido mucho en las últimas semanas con su posible regreso, pero su representante, Giuseppe Riso, lo descartó hace una semana. La cláusula que el Atalanta le puso cuando lo vendió al Sevilla tendría la culpa.
Riso también descartó la Liga MX, donde se había especulado que podría ir. Y el Papu no tiene prisa para elegir. Ayer cerró el último mercado que podría asumir un fichaje de este tipo, el de los Emiratos Árabes, pero él cuenta con la ventaja de que, al haber rescindido antes del 2 de septiembre, puede ir a cualquier club que tenga fichas libres.
Tres son las opciones que se abren ante él, aunque sólo dos de ellas aparecen en su horizonte cercano. Alguno de estos países árabes, que son los que más pagan y que ya se interesaron por él -Arabia Saudí- en junio, la MLS estadounidense, donde Messi ha abierto la puerta a las estrellas argentinas, o regresar a casa. Pero hay una cuarta, que el Papu no descarta: la retirada.
"Estoy disfrutando de mi estancia en Sevilla, pero estoy esperando la oportunidad adecuada. Si no llega, podría considerar retirarme. Lo di todo por el fútbol y no quiero acabar amargado", señala el internacional argentino en L'Eco di Bergamo, donde habló mucho de un regreso a Atalanta, aunque sea sólo para despedirse y sacó pecho por lo que pudo vivir en Sevilla, en un club donde se sentía que podía hacer cosas que en otros lugares parecerían impensables, como tener la seguridad de que se podía ganar la Europa League cuando se estaba peleando por no descender.
"Después de nuestra eliminación de la Liga de Campeones, nos dijimos: ahora podemos vencer a cualquiera. Y cuando vencimos al Manchester United, sentimos que era nuestro momento", señala el Papu Gómez, antes de añadir. "Cuando llegas al Sevilla es inevitable sentirlo. Esa Copa es casi como parte de nuestro ADN", añade, sintiéndose aún jugador sevillista.
No sólo ganó eso, también lo hizo en Qatar 2022, en una campaña que ni en sus mejores sueños habría podido tener. "Mirar hacia atrás y darme cuenta de que gané un Mundial sigue siendo surrealista. Me hace darme cuenta de que todo el arduo trabajo y la dedicación en mi carrera han dado sus frutos de una manera que nunca imaginé", admite, al tiempo que señala tener muy claro su futuro cuando diga adiós, sea ahora o un poco más adelante.
“Aunque Argentina siempre estará en mi corazón, Europa es donde quiero vivir. Pero una cosa es segura: quiero volver a Bérgamo para sentir el cariño de la afición", concluía.