Carlos Marchena ha repasado su carrera deportiva desde que comenzara en los escalafones inferiores del Sevilla Fútbol Club, el club que le vio crecer. El de Las Cabezas de San Juan llegó al primer equipo en una situación muy diferente a la de hoy en día. Entonces casi no había dinero y las ventas eran prácticamente la única fuente de ingreso del club, por eso, a lo más mínimo que un canterano destacaba, hacía las maletas y se marchaba a otro sitio.
Ahora, el que también fuera adjunto a la dirección deportiva en la época de Joaquín Caparrós o entrenador de la cantera, recuerda así su venta al Benfica. "Cuando tú estás necesitado... Daban 1.000 millones de pesetas. Yo entiendo que cuando el club está necesitado, no esperas a pedir 1.200 o 1.500, prefiero 1.000 ahora que 1.500 dentro de un mes. Ahí me pillaron en medio y no se miró por mi futuro. Ésa fue mi salida del Sevilla", explica Marchena en una entrevista concedida a Relevo.
Pero el central no se queda conforme con solo ese detalle, sino que también señala a los culpables de su pronta salida del Sevilla: "Estuve sentado con el Milán, pero fue el Benfica el primero que llegó y puso el dinero. Llegué un día del Europeo Sub 21, aterricé a las diez de la noche. Estaban mi padre y mi madre esperando en el aeropuerto. Yo creía que me llevaban a casa y, en vez de ir allí, me dijeron que tenía que ir al club. Estaban tres señores esperándome y me dijeron que me habían vendido. Y dije: '¿Cómo?'".
Sin esconderse, Marchena recuerda que esos tres hombres eran el presidente, Roberto Alés, el entonces delegado Monchi y su representante, Jesús Rodríguez de Moya. "Bueno, Monchi ya hacía un poco ahí de... Es en lo que luego se convirtió, en director deportivo. Ésa fue mi salida. Yo dije que no mil veces y me dijeron mil y una que sí. Me volví a negar. Hubo un señor que hacía de intermediario que me amenazó y me dijo que si no me iba a Portugal se preocuparía de que no jugara ni en Tercera División. Yo dije que no me importaba. Así fue todo: me vendieron y me fui", detalla con pelos y señales el que la pasada temporada ejerció como segunda de Rubén Baraja en el Valencia.
Cuestionado por su relación con Monchi desde entonces, Marchena no esconde que hay un distanciamiento. "Esa relación se tuerce cuando yo me voy al Benfica porque me venden y yo siento que me han engañado", comenta el exfutbolista, que también admite algunos desencuentros con el de San Fernando en su última etapa en el club como miembro de la secretaría técnica. "Quería formar a los canteranos, prepararlos tanto deportiva como extradeportivamente con el objetivo de que llegaran al primer equipo en las mejores condiciones. Y veo que ese proyecto no me dejan llevarlo a cabo. O sea, estoy un año ahí y nadie se reúne conmigo pese a pedirlo. Monchi tenía mucho trabajo, él estaba saturado de trabajo. Yo le digo que me quiero reunir con él y en un año no tuvo tiempo para reunirse conmigo", asevera.
Sobre su vuelta junto con Caparrós y Gallardo, Marchena dice: "Llego como ayudante y con un contrato a cero euros. Este contrato no importaba para mí con tal de ser ayudante de Joaquín Caparrós en el Sevilla. Eso es impagable. Al año siguiente fue cuando nos propusieron que nos hiciéramos cargo de la dirección deportiva del club. Sin conocimiento, sin preparación. Nos metieron a Caparrós, a Gallardo y a mí ahí porque no había nadie. El Sevilla lo necesitaba. No estábamos preparados, pero nos lo pidieron. Y como siempre estamos dispuestos a ayudar...".
Por último, Marchena habla sobre la figura de Víctor Orta, el sucesor de Monchi en el Sevilla tras su salida este verano: "El sevillismo se demuestra con actos. Y, como te he dicho antes con todo lo que ha ido pasando, hay actos que no se saben pero que uno hace sin venderlo. Cuando no lo vendes no se entera nadie, pero tú estás tranquilo de que lo has hecho".