Anunciado su fichaje por Rayados de Monterrey semanas atrás, Oliver Torres sigue entrenándose en solitario a la espera de viajar a México, algo que hará el próximo 30 de junio, tal y como ha podido conocer ESTADIO Deportivo. Un día antes, el 29, lo hará su agente, dándose por cerrada así su etapa en Nervión y comenzando un nuevo reto deportivo en el fútbol azteca.
El futbolista extremeño ha firmado por tres temporadas -sin opción a una cuarta- en las que doblará su sueldo como sevillista hasta el punto de convertirse en el segundo mejor pagado de Rayados, tan sólo superado por el bético Sergio Canales. Y es que Oliver Torres pasará de los 2'2 millones de euros brutos por temporada que percibía como jugador del Sevilla FC a percibir más de tres millones de euros netos por temporada más bonus. Lo dicho, un auténtico sueldazo en México.
Una operación que, sin embargo, no ha estado exenta de polémica, habiendo ofrecido el Sevilla FC cierta resistencia a la hora de tratar de rescindir con antelación y, así, poder marchar antes a México para comenzar la pretemporada con su nuevo equipo. Unos inconvenientes que ya adelantó esta redacción y que días más tarde ahondaron medios aztecas, explicando que la intención del futbolista era haberse puesto a las órdenes de su nuevo club 15 días antes; es decir, desde el 15 de junio, algo que no ha sido posible a tener contrato en vigor hasta el 30 del mismo mes.
La intención del futbolista en todo momento fue el de cerrar el finiquito, pues ya estaba de vacaciones y no tenía ningún compromiso deportivo con el Sevilla FC, más allá del legal hasta la fecha firmada por contrato. El club, preguntado por ED, espetó que el trasfondo de esta prohibición era puramente económico y de seguridad laboral, habiéndose podido evitar si el futbolista hubiese querido. Al ser dueño de los derechos del futbolistas hasta el día 30, cualquier accidente o lesión antes de esa fecha recaería directamente en los blanquirrojos, quienes tendrían que hacerse cargo del seguro o asistencia médica en ese hipotético caso. Cierto, aunque con matices.
Y es que los de Nervión estuvieron siempre de acuerdo con darle el finiquito al jugador, siempre que éste compensara económicamente el adiós perdonando 150.000 euros de su ficha firmada. Algo lícito, por una parte, pero que no acabó de contentar a Óliver Torres, quien defendía que sólo era apresurar su marcha legal 15 días y que la temporada ya estaba finalizada, por lo que él había cumplido hasta el último día del curso deportivo con sus obligaciones como sevillista.
Llegados a ese extremo, las partes no se entendieron y el futbolista ha estado dos semanas entrenándose en solitario en Sevilla, una vez vuelto de sus vacaciones en Ibiza junto a sus amigos. La precaria situación económica del club de Nervión como consecuencia de una nefasta gestión en los últimos años obliga a la entidad, quizá, a tener estos gestos. Así quiere entenderlo, al menos, el futbolista, quien no acaba de entender del todo que el final de su relación haya sido de esta manera.