Cádiz
Sevilla
Tras ver ante el Cádiz CF el tercer ejemplo, ya se puede que decir que el Sevilla FC es más de segundas que de primeras partes, que acaba mejor que empieza y que con eso aún no le da para ganar. Se le resiste el triunfo a Diego Alonso, que en tres partidos como técnico nervionense suma dos empates (Real Madrid y Cádiz) y una derrota (Arsenal) pese a acabar los partidos empujando hacia el área rival. Su equipo sabe tratar la pelota por momentos, tiene ese cancherismo de los hiperactivos Lukébakio y Ocampos, la experiencia de Rakitic o la solvencia de Soumaré; pero si los delanteros no aportan goles le costará sumar su primera victoria.
El uruguayo repitió once en los dos primeros duelos y, para su primera salida, la baja de última hora de Sow le impedía seguir con los mismos. Apostó por Suso, estirando el 1-4-3-3 ante Madrid y Arsenal a una especie de 1-4-2-3-1, con Suso algo más adelantado que Rakitic y Soumaré, que sin el suizo tenía mucha menos ayuda para evitar la fragmentación de un equipo que quiere presionar arriba y ser vertical, pero sufrió con el derroche de energía y el juego directo de un Cádiz que le obliga a retrasar el bloque. También salió Juanlu para dosificar a Navas. El tercer cambio de Diego Alonso fue la entrada de Mariano por En-Nesyri y ahí la cosa varía poco: con cualquiera de los dos (o luego con Rafa Mir, terminó con dos puntas) es evidente que a este Sevilla FC que pica por los extremos le sigue faltando pegada.
Así jugaron, uno a uno, los futbolistas del Sevilla FC en la visita al Cádiz CF, en la jornada 11 de LaLiga EA Sports:
No pudo hacer más para tapar portería en el mano a mano con Chris Ramos, que definió con clase, ni tampoco en el misil cruzado de Machís tras un error de su defensa en la salida; pero el noruego dejó su sello con dos paradas seguidas al inicio de la segunda parte que mantuvieron con vida a su equipo antes del empate.
Diego Alonso mantiene de momento la apuesta de Mendilibar por el joven canterano como relevo natural de Navas. Sufrió con Machís y con el alto ritmo del inicio, pero nunca le perdió la cara al partido, mostró carácter en defensa y, siempre que pudo, intentó ser profundo. Con 2-0, puso un gran centro que Suso cabeceó alto y, justo después, insistió con otra internada y asistencia para el golazo de Ocampos.
La pareja entre el serbio y Ramos sigue siendo irrompible para el nuevo míster, que de momento no le da bola a Badé a pesar de que el francés estaba jugando bien hasta su llegada. Día complicado para la defensa sevillista, un flan en líneas generales, y para el '6' en particular. Corrige bien y es fuerte en los duelos aéreos, pero las transiciones rápidas le suelen pillar mal colocado y sufrió con la electricidad local en la primera mitad. Algo más sereno en la segunda.
Partido aciago para el camero, que vio cómo todo el estadio le insultaba tras un pique con Roger Martí, que pidió agresión. También tuvo sus más y sus menos con Alcaraz. Entre medias, falló estrepitosamente en una salida aparentemente sencilla. Se la regaló al rival y ahí nació el 2-0. Pudo compensar con un remate acrobático para el 2-1 en el 30', pero el que habría sido su primer tanto en esta segunda etapa fue anulado por fuera de juego de Ocampos.
El campeón del mundo siempre es una garantía de competitividad pero desde que se recuperó de la lesión muscular que sufrió nada más arrancar el curso no ha recuperado su nivel. El Sevilla FC de Diego Alonso necesita recuperar su vocación ofensiva y esa versión de carrilero con largo recorrido que hace llover centros al área rival y amenaza con disparar. El uruguayo acaba de llegar, pero ya conoce su fuerte temperamento. Le retiró nada más ser amonestado por Soto Grado tras una vehemente protesta.
Tercer partido con Diego Alonso y tercera titularidad para el francés, un pivote más creativo de lo que parece y que ha pasado de prescindible a indispensable. Básico para guardar el equilibrio, recoge el balón de Nyland e inicia la fase de elaboración en su propio área. Cada vez se coloca mejor, gana duelos y nunca la rifa.
Se empeña a veces en salir en carrera conduciendo y siempre acaba teniéndose que frenar porque, evidentemente, no es su mejor característica. Asume galones en la medular y suele equivocarse poco en la entrega. Llevó peligro botando las acciones a balón parado e hizo el tanto del empate a dos con un golazo, una volea que superó por arriba a Ledesma y cayó directa a la escuadra. Fue su gol 50 con la camiseta del Sevilla FC.
A Diego Alonso le gustan tener jugadores con buen pie por dentro, para organizar, elaborar y llevar el balón hacia los extremos con tiempo y espacio. Para ese rol, el gaditano le encaja más como enganche que en banda (coincide con Mendilibar). Siempre deja muestras de su calidad, filtró balones peligrosos y pudo marcar en un remate de cabeza que le salió alto, pero el altísimo ritmo del partido le superó.
El belga es un jugador muy explosivo que necesita piernas frescas para dejar su huella en los partidos, pero viene de jugar con su selección y jugarlo prácticamente todo en las tres primeras citas con el nuevo entrenador. Voluntarioso, se ofreció mucho y lo intentó de varias maneras diferentes tras alternar con Ocampos las bandas (mejor en la izquierda que en la derecha) en varias ocasiones a lo largo de los 58 minutos que estuvo sobre el verde; pero no era su día. Perdió 14 balones.
Es un Pura Sangre, un caballo salvaje al que Diego Alonso ha soltado riendas e invita a ir al galope. Es contraproducente, pues a veces se pasa de revoluciones y eso le resta lucidez; pero es un incordio constante para cualquier rival y un portento físico que no para de correr. Golazo, fabuloso giro de cuello para marcar su primer tanto de la temporada en LaLiga EA Sports, ya lo había hecho en Champions. En el 75' estuvo a punto de volver a marcar con un nuevo testarazo, esta vez tras córner botado por Rakitic, pero le salió directo a las manos de un colocado Ledesma. Le quitó sin querer un gol a Ramos: se cruza sin tocarla para no taponar el disparo, pero el árbitro interpreta que influye en el portero pese a no estar en el ángulo de visión.
Primera titularidad como sevillista y nula aportación. Lo único reseñable, un contragolpe prometedor que se desinfló antes de pisar el balcón del área, un disparo a las manos de Ledesma y otro desviado. Muy cercado en todo momento, no supuso amenaza alguna para la defensa del Cádiz CF y fue suplido por Rafa Mir en el 81'. Reclamó penalti por un claro agarrón de Alcaraz dentro del área que el árbitro no consideró suficiente.
Comenzó sufriendo ante el juego directo y eléctrico. El cádiz mandaba el balón arriba en pocos toques y obligaba a retroceder al Sevilla FC, metiéndole en un bloque mucho más bajo del que pide el uruguayo, que gritaba para que saliesen de ahí y se desesperaba con los errores no forzados. Pasó del 1-4-3-3 a un 1-4-2-3-1 para acabar con una especie de 1-4-2-2-2. Mejoró con el paso de los minutos, como en sus dos primeros duelos, pero sigue adoleciendo de capacidad de pegada y amenazó poco.
El extremo se situó en la izquierda, aunque se metía para adentro cuando Diego Alonso apostó por acabar con dos delanteros viendo la inoperancia ofensiva de su equipo. Tuvo el 2-3 con un disparo cruzado dentro del área, pero Ledesma le achicó espacios y lo blocó con el cuerpo.
No está. Se desmarca pero no mira por dónde le puede venir el balón, se aturulla en los controles y le falta finura en las asociaciones con sus compañeros. Otro día más sin probar al portero rival.
Tardó apenas cuatro minutos en percutir por su banda y sacar una amarilla a un rival. Intentó colgarla al área cada vez que cogía el balón, buscando una acción aislada para pescar un mejor botín. Juegue mucho o poco, siempre aporta.
Jugó 10 minutos y tuvo las mismas ocasiones claras que Mariano (81') y En-Nesyri (32') juntos. Es decir, ninguna.
El catalán fue el cuarto cambio de Diego Alonso, saliendo a falta de diez minutos por un amonestado Acuña.