At. Madrid
Sevilla
Cruel final para el Sevilla en el Metropolitano. El equipo estaba disputando el mejor partido de la temporada hasta la fecha pero se volvió de vacío. Así de cruel es el fútbol. Faltó contundencia después de hacerle tres goles en su campo al Atlético de Madrid. Los colchoneros eran los menos goleados de LaLiga, hay que recordarlo. Pero nada valió. Se dejó remontar un 1-3 faltando media hora para el final. Griezmann se puso el disfraz de héroe y dejó al borde del colapso a Kike Salas. El canterano salió en la foto del último gol en el descuento y echó por tierra su buen encuentro.
El canterano de Morón pasó de héroe a villano en un momento. Un instante que eclipsó su notorio partido en el lateral zurdo. Ocupó el puesto del lesionado Adriá Pedrosa para colmo de Valentín Barco y no lo hizo mal. Amplio en las coberturas, rápido en los cruces y proliferando en ataque. Dio dos asistencias. La primera para poner a Isaac delante a Oblak tras superar en carrera a Giménez y la segunda para servir un balón medido al segundo palo para que Juanlu hiciera el tercero antes de la hora de partido.
Pero todo se estropeó en el tiempo de descuento. El Sevilla achicaba aguas por todas partes ante el ímpetu del Atlético, que había logrado empatar con un gol de Griezmann y otro de Samu Lino. Un centro al área buscando al francés aterrizó en sus botas gracias a un inoportuno resbalón de Kike Salas. El desenlace: giro y latigazo para fusilar a Álvaro Fernández. Sólo restaban escasos minutos para el final. Se consumaba la tragedia. El canterano no pudo evitar derrumbarse y comenzó a llorar en el terreno de juego una vez acabada la contienda. Tuvo que ser consolado por varios compañeros.
García Pimienta tuvo palabras de ánimo hacia su pupilo: "Tenemos gente de la casa, que tiene ese sentimiento. Kike Salas estaba llorando, porque después del partido que ha hecho, esa última acción, que no creo que sea un error, se ha resbalado y un gran jugador como Antoine Griezmann lo ha aprovechado".
Otro de los momentos del encuentro en Madrid lo dejó Isaac Romero. La suerte no estaba de su lado y el de Lebrija aún no había marcado este curso. Frente al Atlético se sacudió esa presión con un buen disparo en carrera que se coló en la meta de Oblak, que llegó a tocar la pelota.
El '7' del Sevilla celebró con rabia ese gol e incluso se le vio con ojos vidriosos frente a la cámara. Sabe que se espera más de él después de su irrupción la campaña anterior. Se estrena en esta Liga y demuestra que el Atleti es su víctima favorita. La temporada pasada también le marcó a los del Cholo.