Las imágenes de un baño de masas en el que se coló hasta el Betis

Ha sido una tarde-noche de muchas emociones. Comenzaba con retraso, pero mereció la pena. Sergio Ramos, flanqueado por dos de los tres directivos que descartaron públicamente su fichaje (el presidente Castro y el director deportivo Orta), opacaba las disculpas y explicaciones de sus jefes con sus puentes tendidos, su generosidad en el análisis del mercado y las lágrimas que brotaron más de una vez de sus ojos, durante la rueda de prensa y al saltar de nuevo al césped de un Ramón Sánchez-Pizjuán con más de 22.000 espectadores en el ensayo general de lo que será su reencuentro oficial con la grada de Nervión, dentro de dos fines de semana ante Las Palmas. Aunque no estaba planificado así, porque se dio entrada al público conforme iba llegando y llenando otras zonas de 'La Bombonera', quedó desierto sólo el Gol Norte, una especie de mención implícita al sector más crítico con el retorno del camero.

Antes del baño de masas, el eterno rival se coló hasta dos veces en el acto de bienvenida al ex madridista. Primero, cuando se le cuestionó sobre el presunto interés del Real Betis en contratarle como agente libre una vez que no se cerró a tiempo la venta de Luiz Felipe, ahora de nuevo 'on fire', lo que obligaba, de producirse a partir del 2 de septiembre (la ventana estival se cierra este jueves 7 en Arabia Saudí, donde puja un Al-Ittihad que también pretendió al aljarafeño), a los dirigentes verdiblancos a acudir a futbolistas en paro, como él. Además, el buen recibimiento, tanto al '4' como a Jesús Navas en el homenaje a Joaquín abría teóricamente una vía impensable, si bien el protagonista de este rumor se encargó de dejar claro que nunca hubiera transitado ese camino hacia la otra orilla del Guadalquivir en caso de que, finalmente, hubiese habido oferta.

"Para nada... El único equipo por el que me podría haber quedado aquí es el Sevilla. Lo del Betis es implanteable. Pero agradezco que me hicieran sentir tan bien en el homenaje a Joaquín; agradezco el cariño, pero, si tengo que comparar a la afición de uno y otro, no hay color... Me pinto de rojo de arriba a abajo", zanjaba Ramos, que no cerraba las puertas, sin embargo, a la selección con la marcha de Rubiales: "Hace un año, tomé una decisión, porque el fútbol no es sólo fútbol. Si las circunstancias se dan, ya se verá; la gente sabe lo que significa representar a mi país. Si las circunstancias cambian, por qué no, pero estoy muy centrado en el Sevilla. Espero dar mi mejor versión física cuanto antes aquí. Llevó tiempo entrenándome por mi cuenta y dos sesiones ya a las órdenes del míster, con el que me he reído mucho y a cuya disposición espero estar pronto".

Por último, José Castro se refirió también a la polémica surgida a mediodía de este miércoles durante la ofrenda floral del Betis a La Macarena, cuyo hermano mayor, en declaraciones luego puntualizadas por la hermandad, se refería al Sevilla como "otra corporación", siendo la heliopolitana, para él, "la primera" de la ciudad. "No voy a hacer comentarios sobre ese tema. No tiene sentido. La persona que lo ha hecho no le ha dado la importancia que tenía. En cualquier caso, creo que las cofradías no están para hacer rankings. En honor a la verdad, tengo que decir que el hermano mayor de La Macarena me ha llamado por la tarde para pedirme disculpas por el lapsus. Y, siendo de una hermandad, tengo que perdonarle (risas), porque no sabe lo que dijo", sentenciaba sin hacer más sangre el directivo utrerano.