"Irme al Sevilla fue el error más grande de mi vida"

Carlos Aranda admite que "vivía de noche" y que, "cuanto más lejos de Málaga, mejor rendía", al tiempo que alaba a Del Nido padre y recuerda su jugarreta a Caparrós y la oferta de Monchi para seguir

"Irme al Sevilla fue el error más grande de mi vida"
El delantero de El Palo, con el colchonero Pablo. - CORDON PRESS
Óscar MurilloÓscar Murillo 13 min lectura

Extensa y espectacular entrevista la que ha realizado a Carlos Aranda para 'Relevo' la gran periodista valenciana Cristina Bea. Titulares cada dos líneas deja el ex delantero, investigado por presuntos delitos de amaños en apuestas deportivas o cultivo de marihuana e implicado en el famoso 'caso Oikos' junto a otro que pasó por el Real Madrid, el otrorta lateral izquierdo Raúl Bravo. El malagueño, por ejemplo, dejaba esta 'perla' para empezar: "Del Bosque me salvó la vida, porque si jugando al fútbol me he metido en problemas, imagínate si no hubiese jugado. Raúl y yo veníamos los dos de la misma vida. Su padre murió de la droga, mi madre murió de la droga, los dos nos hemos criado en la calle. Somos diferentes, pero pensamos igual. Ahí hicimos una amistad y, hasta el día de hoy, somos como hermanos. Yo creo que, después de mis niños y mi mujer, es la persona más importante que tengo".

Miles de anécdotas rebosan en la charla con Aranda, que rememora su relación con Ronaldo cuando decidió marcharse al Sevilla FC: "Me fui al Villarreal CF y me acuerdo que le dijo a Del Bosque que no me fuera. Me cogió a mí en su casa, se puso a hablar conmigo, me intentó convencer, y yo le dije: 'Ronnie, tengo 20 años y yo necesito jugar; con vosotros no voy a jugar. ¿Sabes los que sois ahí?' Y él entonces dijo: 'Vale'. Hice un buen año en Albacete Balompié y Ronaldo me invitó a su casa a comer y me dice: 'He hablado con Florentino; me ha dicho que te va a repescar y te vas a venir', y yo le dije: 'Yo no me voy a ir, porque tengo una oferta en Sevilla y quiero estar cerca de mi casa, y el Sevilla es un equipo de Europa también, y me quiero ir a Sevilla. Ronnie, yo no quiero ir al Madrid, porque en el Madrid no voy a jugar, es que voy a volver otra vez a la misma. Me va a tener el míster todo el rato en el banquillo sentado, porque estás tú y Raúl'. E insistía: 'Que tú te comes a Raúl'".

Sin embargo, se arrepintió de aquella decisión: "El Sevilla me da que está cerca de Málaga y… ¿te digo la verdad? Ése fue el error más grande de mi vida, porque estoy cerca de Málaga y estoy cerca de mi gente. ¿Qué pasa? Que yo no me centro en lo que me tengo que centrar. Cuando estoy en el Albacete, ahí sí me centraba, y después me lo pasaba de puta madre; yo tenía un grupo de amigos, de compañeros de mi edad en el Albacete, y salíamos de marcha, pero, después, en el campo lo dábamos todo. Teníamos un entrenador de puta madre, César Ferrando, que nos entendía a todos perfectamente. Era un tío que decía: 'El que no venga a cenar un jueves tiene multa', y había en el equipo compañeros a los que las mujeres no les dejaban salir para cenar y tenían que venir por cojones, y él lo decía, pero es que tú no ibas a cenar, es que él decía: 'La primera copa me la tenéis que invitar en el sitio que yo vaya', y ¿sabes lo que hizo ese entrenador? Que nos salváramos".

Y continúa: "Entonces, cuando yo voy a Sevilla me encuentro un grupo muy familiar, pero me encuentro Málaga cerca. Yo, cuanto más lejos estuviese de Málaga, mejor rendía. Yo tenía una oferta del Sevilla y tenía otra oferta del Valencia. Si yo me hubiese ido al Valencia, que yo no fui porque elegí el Sevilla y el Valencia firmó a Villa -él estaba en el Zaragoza y yo estaba en el Albacete, hicimos muy buen año los dos-. Mi error fue el venirme aquí. Si yo me hubiese ido allí o al Atlético de Madrid, porque César Ferrando se fue allí y me dijo que me fuera con él, pero yo le dije: 'Allí está Torres'. Dice: 'Bueno, tú conmigo juegas'. Le digo: 'No, no, allí estando Torres no juega nadie, porque Torres es 'El Niño' del Atlético de Madrid'. Entonces me dice: 'Bueno, tienes una oferta del Valencia', y yo le digo: 'Valencia o Sevilla, los dos estaban más o menos a la par, y digo: 'Me voy a Sevilla que está cerca de mi casa'. Y fue un error".

Aranda rememoraba su paso por la capital hispalense: "Valencia es una buena ciudad; yo después estuve viviendo en Valencia, pero Sevilla es una ciudad diferente. La gente de Sevilla ve a los jugadores de Sevilla FC y Real Betis como si fueran los del Madrid, y el que yo fuera a los sitios y me trataran como una estrella a mí me mató. Yo prefería ir a un sitio que me vieran bien como jugador y mi familia cerca y mis amigos cerca, porque vivía de noche. Yo estaba más pensando en las mujeres y en la noche que en el fútbol; por eso en Albacete yo lo pasé muy bien, porque estaba pensando en el fútbol. Después, en CA Osasuna también hice un buen año porque también estaba pensando en el fútbol, pero ya me vine aquí cerca y para mí ese fue el mayor error. Y te digo una cosa, el presidente (Del Nido Benavente) es un tío de puta madre, y si estuviera ahora mismo en el Sevilla, el Sevilla no estaba en esa situación, porque el tío será lo que quieras, pero el tío gestiona el club como nadie".

Continuaba alabando así al máximo accionista blanquirrojo: "Al final tú tienes que tener alguien que te gestione bien el club, y ese tío era un pedazo de presidente. Tuvo el problema que tuvo, lo ha pagado, porque las cosas, si las has pagado, ya no tienes deudas con nadie. Cometió un error y lo ha pagado; en la vida hay que pagar los errores que se cometen, y él lo cometió y lo pagó. Y, ahora, a ver. Estuve hablando con el hijo aquí, que me lo encontré comiendo en un restaurante, y me dijo que él quiere mucho a su padre, que no tiene ningún problema con él, que el problema que tiene es que el padre quiere vender el Sevilla a un grupo inversor americano. Yo le digo: 'Bueno, es un problema que tenéis vosotros', pero si el padre se dedicara a querer ser presidente y no quiere vender el club, el padre sería un pedazo de presidente".

En Nervión hizo "muy buenas amistades con Carlitos, con Antoñito, con Jesuli, que toda mi vida me he llevado muy bien, pero con el que más amistad hice fue con Darío Silva. Es lo que te digo, otro tío uruguayo de la calle, de la pobreza; pensábamos igual, éramos muy parecidos y era un tío con el que yo a día de hoy tengo muy buena relación y lo quiero mucho. Javi Navarro, un tío diez. Notario, otro tío diez. Esteban, es que eran todos... Dani Alves era un tío de puta madre; Adriano, Renato era de lo mejor que me he encontrado en el fútbol... Era un vestuario que no es el Madrid. Sergio Ramos era un chico, Jesús Navas era otro; venían de la cantera... Era un vestuario que me encantó, increíble, me lo he pasado de puta madre en ese vestuario, pero claro, era un vestuario de una ciudad que tiene un encanto que no la tiene otra ciudad en España, sólo Madrid. Era como Madrid, pero en pequeñito".

Y Aranda no oculta "la vida que llevaba" aquí: "Con mi chalet con piscina, con mis buenos coches, las niñas de Sevilla que son guapísimas todas, buenas discotecas, que es lo que me gustaba a mí... Hice muy buena temporada a lo primero, pero después tuve un problema, cometí un error muy grande. Me fui de marcha un domingo y el lunes entrenábamos y el martes viajábamos. Yo no fui a entrenar el lunes, me quedé dormido porque había cogido una borrachera que no veas, con Raúl Bravo. El lunes no fui a entrenar, el martes fui a la comida y Caparrós me cogió y me echó una bulla… Y yo en vez de coger y aceptar, ¿sabes lo que hice? 'Pues mira, si no estás contento conmigo, me vendes o me cedes o haz lo que te dé la gana'. Mi rebeldía pudo con lo que yo tenía que haber hecho: 'Míster, lo siento'. Cuando yo ya pedí perdón al vestuario, el vestuario me lo aceptó, pero el entrenador no me lo aceptó. Me puse rebelde con él porque era un niñato".

El ex delantero no pone paños calientes a aquel punto de inflexión con el preparador utrerano: "Porque tú no puedes faltar a entrenarte, porque le estás faltando respeto a tus compañeros, y menos si te has ido de marcha. Encima yo mentí, dije que estaba malo, con fiebre. El doctor vino y vio que yo no tenía fiebre, que yo tenía una resaca… Y el doctor tuvo que hacer su trabajo. Yo no le dije: 'Doctor, por favor, cúbreme', que a lo mejor en otros clubes te cubren. Yo le dije al doctor: 'Yo estoy acostado, déjame tranquilo', y se fue. ¿Qué pasa? Yo ahí tenía firmados cinco años, entonces me importaba todo una mierda, orque sabía que tenía los cinco años asegurados. '¿Me queréis echar? Pagadme'. Ahí no me importaba no jugar. ¿Por qué? ¿No jugaba? Me voy de marcha, me voy para Málaga, o monto la fiesta en la casa".

Y así describe su salida del Sevilla FC: "Pero termina la temporada y Caparrós se va. Entonces, Monchi viene y habla conmigo: '¿Tú qué quieres hacer?' '¿El míster se va?' 'Sí'. '¿Quién viene?' 'Juande'. 'Hombre, me han hablado muy bien de él, yo si quieres…'. '¿Tú tienes ilusión en quedarte? Nosotros queremos que te quedes'. 'Sí, pero volvemos a lo mismo... Viene Juande y vienen veinte delanteros: Antoñito, Saviola, Kanouté, Luis Fabiano…'. Y digo: 'Es que aquí como falle un poquito…' Y hablé con el entrenador y digo mira: 'Yo me quiero ir al Albacete otra vez'. Otro error mío, ahí es cuando me apartan, yo me tenía que ver quedado en Sevilla. Yo he ido cometiendo errores siempre en mi vida, decisiones equivocadas. No tenía una persona que me asesorara; las decisiones las tomaba yo y, como tenía la cabeza perdida, pues todo lo hacía mal".