Lens
Sevilla
En fútbol todo es relativo y cualquier afirmación debe ir acompañada de la precisión de que, en cualquier momento, el vaso de la paciencia puede desbordarse o los acontecimientos precipitarse, pero, a esta hora de la noche del martes 12 de diciembre de 2023, el día en que, 15 años después, el Sevilla FC abandona Europa por la puerta de atrás antes de concluir el año en que arrancó esa competición, no va a haber destitución de Diego Alonso. Antes al contrario, precisan a ESTADIO Deportivo fuentes de toda solvencia, es más probable que llegue antes una dimisión del uruguayo, que no tiene previsto presentarla (quizás la esperaban los consejeros desplazados a Francia), pues, como ha dicho en la sala de prensa del Stade Bollaert-Delelis, se siente "con fuerza y respaldado", tanto por la directiva como por sus jugadores. Desde dentro se ve con nitidez lo que desde fuera apenas se atisba: que el equipo juega cada vez mejor y está más cerca de ganar. Pero el caso es que no gana.
Que la mayor parte de la plantilla está con él es rigurosamente cierto (los que no juegan y a los que ha recomendado vender o ceder, no, obvio), como también que se valora el esfuerzo, el empeño y la voluntad de corregir errores. Aunque parezca una broma, no es únicamente Víctor Orta el que defiende a Alonso por tratarse de una apuesta personal, si bien tampoco hay unanimidad. Sí cierto consenso acerca de la pertinencia de darle un cierto margen de confianza. Según algunos, hasta Navidad (mínimo, ante Getafe CF, Granada CF y Atlético de Madrid), razón por la que aquí se afirmaba con cierta rotundidad en la víspera que ni aun perdiendo con el Lens iban a echarle. Importan las formas, claro, y la puesta en escena del Sevilla en la última jornada de la fase de grupos de la Champions no disgustó. Encima, siempre hay una posible coartada: falta de gol, actuación arbitral, infortunio... Hay quien sostiene ante este periodista que al míster se le dará la oportunidad de demostrar que, con un puñado de movimientos invernales, el panorama cambiará.
El otro problema viene ahí, porque se confiaba en una reacción a tiempo para, al menos, continuar jugando la Europa League. Porque la capacidad de actuación del director deportivo, cada vez más tibio públicamente (cero en privado) con la continuidad del ex seleccionador charrúa como José Castro, con el aval innegociable de los resultados para seguir hablando, se ha reducido considerablemente con la eliminación completa de los torneos continentales. Ahora, la única capacidad de generar fondos para dar la vuelta a la plantilla como un calcetín en enero dependerá de las ventas y/o de un arriesgado préstamo, posiblemente de un fondo de inversión. Y es que los nervionenses ganaron en la 22/23 la cifra récord de 85,4 millones por su presencia en la fase de grupos de la UCL y por ganar luego la UEL. Para la 23/24, dentro de las cuentas no aprobadas, la estimación era llegar hasta 80. Imposible ya, por lo que habrá nuevas pérdidas.
En lo que a ventas de jugadores se refiere, como quedó expresado en la pasada junta general de accionistas, para cuadrar las cuentas se necesitarían ingresos extraordinarios por valor de 35 kilos. Ahí deberá incidir Orta, aunque solamente tiene sobre la mesa una propuesta del Brighton por Juanlu que alcanza los 15 millones, pluses incluidos. Del resto se duda que pueda obtenerse un montante similar. Antes al contrario, se ofrecerá la renovación a la baja a algunos de los veteranos que termina el próximo verano y se dejará ir al resto; en enero, difícilmente se podrá proponer, como en la anterior ventana, a los descartes cobrar el 60% de lo que les falta por percibir por marcharse ya, como sí aceptaron Idrissi y el 'Papu'. La otra vía, como ya se ha apuntado, sería un crédito de unos 100 millones para, aparte de refinanciar la deuda actual, tener liquidez y un fondo de maniobra positivo. Se entregaría a cambio el 9% de los derechos televisivos durante 50 años; lo 'adelantable' de CVC ya está gastado o invertido.