Athletic
Sevilla
En San Mamés, uno de los estadios más complicados de LaLiga, el Sevilla FC dio un paso al frente. Fue valiente y jugó con personalidad, aunque también se mostro inocente en ocasiones y blando en otras. Tampoco se han acabado todos los males de un plumazo. Pero al menos, el sevillista tiene este domingo motivos para sentirse orgulloso y feliz. No sólo por el punto ante un 'miura' como el Athletic, que en la actual situación no viene nada mal, sino, sobre todo, por unos síntomas de mejoría que permiten creer y tener más esperanza.
Las buenas intenciones de los de García Pimienta no fueron suficientes en un primer tiempo que no fue malo en realidad. Por momentos, el cuadro nervionense parecía tener la situación controlada, llevando el peso del partido a través de la posesión. Pero cada vez que el balón le caía a los ‘leones’, salían como balas y el peligro se sentía en las carnes blanquirrojas.
A los seis minutos, Valentín Barco ya mostró que lo suyo es tirar hacia arriba (quizás haya que pesar ponerlo en otra posición). Metió un balón al que Iheanacho no llegó, provocado el despeje a córner de Unai Núñez, y acto seguido, se sacó un centro con rosca que Peque remató en el primer palo, marchándose el balón por el segundo.
Buena puesta en escena de un Sevilla FC con personalidad, que arriesgaba en la salida. El plan era intentar atraer a su rival y buscar balones en largo para intentar generar superioridad arriba. Pero sin delantero (de mínimas garantías), todo es más difícil. Sólo un minuto después de esa primera ocasión, Peque estrelló el balón en Agierrezabala tras una buena acción sevillista desde la derecha, que en realidad se había encargado de estropear Iheanacho al estar en fuera de juego (otro más).
Con Barco y Ejuke, los nervioneses volcaban sus ataques por ese costado, pero el argentino comenzó a rifar balones en la salida y el cuadro vasco no dudó en explotar el filón que todos conocían que existe a su espalda. Así llegó en el 19’ el primer aviso, con un centro de Nico al que no llegó por poco su hermano Iñaki. El Sevilla tocaba y tocaba sin gran sensación de peligro. Y el Athletic respondía corriendo y explotando los espacios libres. Pero sobrepasado el ecuador del primer acto, ya ni siquiera surtía efecto esa buena intención de someter al rival con el balón. Para colmo, en el 33’, Iheanacho dejó otra dantesca acción en la que remató hacia atrás tras otro centro de Barco, aunque la acción estaba invalidada, cómo no, por fuera de juego del nigeriano.
Poco después, llegó el castigo. Falta lateral colgada por Berenguer, nadie despeja y Mikel Jauregizar llega antes que nadie a cazar un balón suelto en el área y hacer el 1-0 después de que el su disparo tocase en Agoumé. Sin mordiente arriba y sin contundencia atrás, se imponía la lógica. Y aún pudo ser peor, porque nada más sacar de centro, el Athletic rozó el segundo al aprovechar una mala salida que abortó Nyland, y posteriormente Badé bajo palos, tras el disparo de Nico Williams.
Tras el paso por vestuarios, los de García Pimienta salieron de nuevo con brío, buscando el empate nada más arrancar el segundo acto con una salida por la izquierda de Ejuke, que no le metió a su disparo la suficiente rosca para sorprender. Más clara fue la que se fabricó poco después de Lukebakio, que recortó hacia dentro y se sacó un misil lejano que se fue al palo.
A partir de ahí, faltó claridad, mientras el Athletic rondaba el segundo con un chut de Berenguer u otro de Guruzeta que despejó Nyland. Pero el Sevilla FC ni dejó de creer, en especial Ejuke, y encontró petróleo en la prolongación, después de que los bilbaínos se quedaran con diez por la expulsión de Agirrezabala en el 81'. El meta se hizo un lío al intentar controlar un balón y derribó a Mateo Mejía para deparar un final loco, en el que el cuadro nervionense, con uno más, rondó el empate por medio de Gudelj y Lukebakio, y acabó llevándoselo tras una internada del extremo nigeriano que despejó Unai Núñez sobre la madera, rebotando el balón parta tocar en Padilla y colarse en la red. Un premio merecido que bien pudo perderse en la siguiente acción. Por suerte Nyland logró desviar el chut de Guruzeta. Está claro que hay mucho que mejorar, pero al menos hay alimento para la fe sevillista.
Athletic Club: Agirrezabala; De Marcos (Yuri 70'), Paredes, Núñez, Lekue; Jauregizar, Vesga (Ruiz de Galarreta 58'); Nico Williams (Padilla 85'), Unai Gómez (Guruzeta 58'), Berenguer (Canales 70'); e Iñaki Williams.
Sevilla FC: Nyland, Carmona, Badé, Nianzou, Barco (Juanlu 46'); Gudelj, Agoumé; Lukebakio, Peque, Ejuke; e Iheanacho (Suso 59').
Árbitro: Soto Grado (Comité riojano). Amonestó a los sevillista Nianzou, Carmona y Pedrosa, y expulsó con roja directa al local Agirrezabala en el 81'.
Goles: 1-0 (36') Mikel Jauregizar; 1-1 (93') Padilla, en propia puerta.