Este resultado refleja la inestabilidad de un club que, un año más, terminará la temporada sin títulos. Con la clasificación a la próxima Champions League aún en juego, los rumores sobre su posible sustitución han comenzado a sonar con fuerza. Stefano Pioli, Antonio Conte y Gian Piero Gasperini aparecen como los principales candidatos a tomar el relevo en el banquillo turinés.
Motta no encuentra el rumbo
El equipo más laureado de Italia, con 36 Scudettos, lleva cinco años sin competir realmente por la liga y sin un rumbo claro en Europa. Durante casi una década, la Vecchia Signora dominó el fútbol italiano con nueve títulos consecutivos entre 2011 y 2020, pero su éxito terminó convirtiéndose en su peor enemigo.
Mientras tanto, los rumores apuntan a un vestuario dividido, que cuestiona la falta de conexión de Motta con los jugadores. Ante esta situación, la directiva ya explora posibles alternativas para un cambio en el banquillo.
Conte y Gasperini, los favoritos
El gran deseo del club es convencer a Antonio Conte de regresar a Turín, aunque su contrato con el Nápoles hasta 2027 complica la operación. Conte ha logrado devolver la competitividad a los napolitanos tras un año desastroso en el que finalizaron décimos en la Serie A.
Otro nombre que suena con fuerza es el de Gian Piero Gasperini, quien ya anunció su intención de no renovar con la Atalanta. También aparece en el radar Roberto De Zerbi, que está destacando en el Marsella.
Las cinco victorias consecutivas entre febrero y marzo hicieron soñar a los aficionados con volver a pelear por el Scudetto junto a Inter, Nápoles y Atalanta. Sin embargo, la goleada en casa ante el conjunto de Bérgamo dejó en evidencia que la Juventus está lejos del nivel necesario para competir por el título.
Pioli, una opción con historia en el club
Uno de los nombres que ha cobrado fuerza en los últimos días es el de Stefano Pioli, actual técnico del Al-Nassr. Según La Gazzetta dello Sport, su experiencia en los grandes equipos italianos y su pasado como jugador de la Juventus entre 1984 y 1987 lo convierten en una opción atractiva para la directiva.
Mientras la crisis se agrava y el banquillo de Thiago Motta tiembla, la Juventus deberá reaccionar rápido si no quiere poner en riesgo su presencia en la próxima Champions League.