Oyarzabal reprocha con contundencia a la UEFA

Apenas habían pasado segundos desde el pitido final del choque, pero Mikel Oyarzabal tenía claro lo que decir delante de las cámaras. "Lo primero, más allá del partido, son cosas que no pueden pasar. Al final la gente que viene a su campo se tiene que marchar a su casa porque cuatro imbéciles están lanzando cosas. Sabiendo que iba a ocurrir, no lo podemos permitir", apuntó con tensión.

"La UEFA tiene que dar un paso adelante. Llevábamos quince minutos diciéndoles que tenían que parar y no han hecho nada. Es un mensaje claro a la UEFA. Y encima les sacan los colores", reprochó con contundencia el capitán de la Real tras los incidentes de los ultras del Anderlecht en el Reale Arena, que lanzaron objetos desde la parte alta hacia abajo y pudieron provocar una desgracia.

Sobre el partido, trató de hacer una valoración, pero su cabeza volvió a pedirle hablar de los incidentes. "Hemos empezado muy bien. Los últimos 30 minutos con lo que ha pasado en la grada nos ha sacado del partido. "En el segundo tiempo ha sido un quiero y no puedo. El primer mensaje y el más claro es el de antes. Que la UEFA tome medidas y que las tomen al momento. No nos sirve de nada a nosotros ni a nuestra gente que las tomen después", comentó el eibartarra, dolido como no podía ser de otra manera tras perder de forma inesperada ante el Anderlecht.

Les aplauden al final y cabrea a los jugadores

Esta derrota sin duda quedará marcado por las imágenes que se dieron en la primera mitad. Los hinchas realistas ubicados debajo de la grada visitante que estaban viendo tranquilamente el partido se vieron obligados a desalojar la zona porque los hinchas del conjunto belga estaban poniéndoles en peligro al romper el cristal que separa la grada visitante de la local y lanzar una serie de objetos a los aficionados txuri-urdin que se encontraban ubicados de la grada familiar. El encuentro fue detenido unos segundos para avisarles por megafonía de que no lanzaran objetos, además que sus jugadores fueron a pedirles calma.

Pero si algo cabreó a los realistas fue cuando terminó el choque, que además de perder tuvieron que ver como los jugadores del Anderlecht lo celebraban tan contentos con su afición como si nada hubiera pasado. Barrenetxea, Oyarzabal, Odriozola... les reprocharon su actitud.