El dilema con Luka Modric

Si pensamos en los últimos años del Real Madrid, hay algunos nombres que nos vienen instantáneamente a la cabeza, Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Sergio Ramos o Luka Modric. Este último es uno de los pocos supervivientes de esos líderes del Real Madrid multicampeón de Europa. El croata de 38 años está viviendo su decimosegunda temporada en la casa blanca, pero poco a poco va perdiendo protagonismo y la política de Florentino Pérez con los veteranos es inflexible, renovarlos de año en año y a la mínima que no se alcance el rendimiento óptimo, invitarlos a salir. Puede ser el caso del 10, que si ya la pasada campaña vio disminuido su protagonismo, esta es aún menor. Por esto, todo hace indicar que está viviendo sus últimos meses como blanco, ya que incluso pudo haber salido en esta misma ventana rumbo a Arabia.

El pasada domingo en Las Palmas, Ancelotti apostó por Ceballos en lugar de por el de Zadar, en una muestra clara de que ya no es el jugador necesario que era. El técnico italiano dijo en rueda de prensa que le respetaba lo suficiente como para hacerlo calentar si no tenía claro que iba a jugar. Declaraciones como esta hacen entender que lo ve casi más como a una leyenda que a un jugador como otro cualquiera. El contrato del ex del Tottenham finaliza este verano y no está claro que vaya a ser renovado por una temporada más. Mientras que a su eterno compañero en la sala de máquinas, Toni Kroos, si que le van a poner una oferta sobre la mesa, con el balcánico hay muchas más dudas.

En la planta noble del Santiago Bernabéu no veían con malos ojos su salida ya en verano, cuando tenía ofertas desde el fútbol árabe, pero según apuntan desde El Larguero, incluso en esta ventana, esperaron hasta ayer, cuando se cerraba el mercado saudí, que alguno de los equipos llegara con los petrodólares para darle un retiro dorado. Sin embargo, quién no está por la labor de marcharse es el propio Modric. En su cabeza está el seguir durante al menos dos años más en la capital española, ya que cree que le queda fútbol de sobra para jugar al máximo nivel hasta los 40 años y quiere convencer a Ancelotti. Además de que las experiencias de excompañeros en esas liga y fugas como la de Jordan Henderson, que solo ha durado seis meses, le dejan más clara aún su idea de continuar en Concha Espina.