Luis de la Fuente ha sido justo con Dani Ceballos y Fabián Ruiz en su primera convocatoria como seleccionador nacional absoluto, los dos 'cracks' de la sub 21 que el riojano dirigía cuando se proclamó campeona de Europa en 2019. Ya estaban yendo con los grandes entonces, pero a ninguno se les cayeron los anillos por ayudar al equipo de su generación. Dejaron de contar para Luis Enrique y Robert Moreno, aunque el palaciego está resurgiendo ahora con el PSG y el utrerano tuvo un tramo interesante de titularidad con el Real Madrid en la primera vuelta de la 22/23. El nuevo jefe de la 'Roja' confía en ellos y da a entender que se los habría seguido llevando sin límite de edad de por medio. Con 26, les toca abanderar el cambio generacional en una escuadra de la que se despiden, 'motu proprio' o empujados, los Sergio Ramos, Busquets, Jordi Alba y compañía.
El '8' está más o menos asentado en París, donde acaba de llegar como quien dice. El '19', por el contrario, tiene su futuro en el aire, con el fin de su vinculación con los blancos a la vuelta de la esquina y nada decidido. De puertas hacia fuera, no ha avanzado nada sobre su posible renovación, que llegó a pedirse a coro en el Santiago Bernabéu y por parte de compañeros como Vinícius, una 'conditio sine qua non' para valorar otras ofertas, que le van llegando, algunas suculentas, como la del Bayern. Tampoco sería desdeñable que se reuniera con su ex compañero y amigo Fabián. Pero desea tomarse con calma un siguiente paso que, aunque para algunos le acerque al Betis, no está tan claro. De hecho, según ha podido saber ESTADIO Deportivo, no hay diálogo entre las partes desde hace semanas, incluso meses. Unos por no llegar o no querer hipotecarse, otros por entender que ya tendieron puentes y ahora toca a los de enfrente transitarlos.
A día de hoy, el retorno de Ceballos a Heliópolis es harto improbable. Y, en realidad, ninguna de las partes desea hacerse demasiadas ilusiones. Es como un amor platónico que, si bien en su día se consumó, tiene visos de inmortalizarse así. Que estuvieron cerca de entenderse en el pasado es rigurosamente cierto. Tanto como que las posturas están ahora no ya distantes, sino kilométricas. Pero amor, aunque sea platónico, existe. Y los más queridos son, a veces, los más reñidos. Así lo manifestó mayoritariamente el público del Benito Villamarín en la última visita de su canterano y, aunque fuera elegante y diplomático entonces, así (de mal) lo encajó el interesado, que se abrió en canal como hace tiempo no ocurría en su entrevista con los compañeros de 'El Chiringuito'.
"Al fin y al cabo, ya lo he comentado infinidad de veces. El Betis es el equipo de mi vida, el que me dio la oportunidad de llegar al Real Madrid y a la selección. El otro día, por lo que percibía en los días anteriores, no me esperaba el recibimiento que tuve al entrar al campo, porque digo a boca llena que soy bético y mi equipo es el Betis. Lo veo todos los fines de semana y me desvivo por él... Creo que la gente tiene todavía el recuerdo de cuando me fui muy joven, pero siempre he dicho que me fui del Betis porque no había proyecto deportivo", comentaba Dani, que dejó otra píldora para la rivalidad hispalense: "Capi, (Cristóbal) Soria... Todos los que están ahí conocen la rivalidad que hay en Sevilla; siempre que al equipo de enfrente le vaya mal, es una victoria más para el otro. Este año el Betis lo que tiene que hacer es vivir y disfrutar del momento tan bueno que está viviendo. Si el Sevilla baja, me alegraré, obviamente".