De poder ir a la selección a caer en una depresión de la cual todavía no ha salido al completo. Esa es la realidad que vive el rayista Isi Palazón. El jugador murciano, pese a que no atraviesa un mal momento futbolístico, no está brillando tanto como el curso pasado, donde fueron muchos los que no entendían que no fuese convocado por España pese a estar siempre en la prelista.
Pues tanto el de Cieza como su compañero Óscar Valentín fueron entrevistados en el programa Vaya Vaina y desvelaron su lado más personal. Y el primero optó por abordar un problema que lleva sufriendo desde el pasado verano y que le impide ser él mismo en el terreno de juego en muchas ocasiones.
"El año pasado de la presión que tuve, porque quizás fue el boom en mi carrera, pero pasé un verano raro. En la despedida de Pozo en Ibiza. No me sentía yo mismo ni feliz. Estaba cansado, me dolía la cabeza... Pensé que iba a tener un infarto e iba a morir. Cosas que nunca me habían pasado. Después fue la boda y se lo dije a mis compañeros allí. Lo mejor que hice fue contárselo a mi familia, a mis compañeros y contactar con un profesional. Es la mejor decisión que tomé", confesó Isi.
El atacante del Rayo también habló sobre los 'haters' en redes sociales y el daño que pueden hacer: "Hay gente que a lo mejor no sabe que afectan muchas cosas. Por eso no me gusta comparar temporadas. La pasada marqué muchos goles y esta no tanto y a lo mejor por redes sociales... ¿Pero tú sabes los problemas que puede estar pasando cualquier futbolista para que por redes puedas poner lo que quieres? Son momentos que como futbolistas son muy difíciles".
En este mismo sentido, subrayó el poder de la mente y lo que cuesta poder dominarla cuando intentas llevar todo hacia delante: "Yo pensaba que dominaba mi mente, pero no. Hay un momento que llevas tanta presión, la familia que quieres que esté bien, tu novia, el trabajo que el cuerpo te pega un palo. No me sentía realizado, no dormía...".
Por último, confesó el peor momento vivido hasta ahora sobre el césped a causa de este serio problema del que aún sigue tratándose yendo a terapias: "El día del Villarreal tuve que pedir el cambio porque me sentía fatal, no podía respirar dentro del campo y pedí el cambio al míster. Estaba en el vestuario, me preguntaban qué me pasaba y no contestaba a la gente. Me fui, vi a mi familia y a mi novia y se lo dije a todos. Mi madre y mi pareja no lo notaban, pero ahora estoy mejor. El vestuario en este sentido ha sido fundamental".