Sergio Espina6 min lecturaLa situación del Decano de nuestro fútbol es una de las peores que ha vivido en su historia. Para entender como ha llegado a donde esta hay que remontarse a 20215, cuando se consumó el descenso a la entonces Segunda B. Precisamente esa primera temporada del equipo en la tercera categoría del fútbol español estuvo a punto de ser la última del club. Un gol agónico de Rubén Mesa contra el filial del Granada permitió al equipo no bajar otra categoría, lo que habría supuesto prácticamente la desaparición. Pero la crisis deportiva venía por una crisis económica del club, en la que el ayuntamiento tuvo que intervenir para expropiar el club al entonces dueño Pablo Comas, representante de Gildoy España. A partir de ahí, la situación deportiva del equipo no terminó de mejorar.
A punto estaría de volver a la categoría de plata en la temporada 2018-19 donde sumó 19 partidos invicto. Sin embargo, el playoff a segunda se acabaría complicando. Tras una temporada en blanco, en la campaña posterior al COVID, y con la reestructuración de las categorías, el club bajó hasta la nueva Tercera Federación, un doble descenso. En dos temporadas logró volver al punto de partida con dos ascensos consecutivos, a la ahora Primera Federación. Con un aliento de seguir sumando ascensos, cuajó una temporada muy buena, con una cierta tranquilidad a nivel extradeportivo.
Pero todo llega a su fin, porque Pablo Comas presentó un recurso porque entendía que la expropiación no tenía base. Y así lo entendió el Supremo, que falló a su favor a principios de 2024. Comenzaba entonces un nuevo capítulo en la historia reciente del Recreativo. Con un equipo que poco a poco fue cayendo en nivel y saliendo del playoff a Segunda, el ruido institucional comenzaba a ser demasiado grande. La única opción que se planteaba como posible era una venta a un grupo inversor que pudiera hacerse cargo de los pagos de la entidad. Sin embargo, las exigencias del empresario a nivel económico hicieron que los primeros acercamientos de inversores no llegaran a nada.
El ayuntamiento trató de presentar un recurso para revocar la decisión a favor de Pablo Comas. Pero a pesar de ello, se trabajaba buscando una venta puesto que se sabía que este recurso era únicamente una medida para ganar tiempo. Durante algunos meses, unido a la situación deportiva nefasta del equipo, se dieron rumores de posibles inversores, pero que no terminaban de cerrarse. Todo esto hasta noviembre de 2024. Entonces todos los medios se hicieron eco de que había un grupo de capital extranjero que estaría muy interesado en hacerse con el paquete accionarial mayoritario del equipo. No fue fácil por que Pablo Comas quería mantener como mínimo algunas acciones para poder emprender acciones legales contra políticos que en su opinión llevaron a cabo una persecución contra su persona, con aquella expropiación.
Claro está, por parte del ayuntamiento esta opción se veía alto improbable, se deseaba que Pablo Comas pusiera fin a su relación con el Decano. Una vez parecía que esas cuestiones se habían acordado, tocaba un estudio económico a fondo del club. Dicho estudio comenzó a finales de noviembre y se esperaba que terminara a finales de enero. No obstante, se ha alargado más de la cuenta y se ha vivido una situación extraña. El consejo de administración encabezado por Jesús Vázquez ya sabía que sus días estaban contados, y el nuevo grupo ya tomaba parte con la llegada de dos jugadores e incluso de un nuevo entrenador, pero sin haber cerrado su llegada al club oficialmente.
En esta situación se llegaba a una fecha clave, el 24 de febrero. En esta fecha se tenía que dar una junta de accionistas en la que se tenía que confirmar el nuevo consejo, o al menos prorrogar el actual hasta que llegara el nuevo. Había muchas dudas de la personación de Comas en el Nuevo Colombino. En este momento el club estuvo muy cerca de estar en una especie de alegalidad si no hubiera ocurrido lo que finalmente se dio.
Para sorpresa de los medios, el ayuntamiento convocó una rueda de prensa de urgencia el mismo día de la junta, que pocos minutos antes se había declarado disuelta. En dicha exposición a los medios, se explicó que este estudio ya estaba finalizado, y que la venta está cerrada a falta de los trámites jurídicos. De manera que, se ha convocado una nueva junta de accionistas para el 26 de marzo, con la luz verde del grupo inversor para seguir adelante en el proceso de venta, lo cual asegura también los pagos que el club tiene que afrontar entre abril y marzo. En esta fecha el grupo inversor deberá personarse para presentar a su consejo de administración, mientras que sigue el actual liderado por el que fuera capitán recreativista. Con lo cual, el equipo onubense está más cerca de volver a la calma en los despachos.