Alberto Gálvez4 min lecturaEl colegiado Figueroa Vázquez ha sido protagonista en el encuentro que ha enfrentado esta tarde en Son Moix a Mallorca y Athletic Club y se ha llevado una sonora pitada a la conclusión del mismo. Al andaluz no le tembló el pulso en el último minuto del choque y señaló un penalti claro de Galarreta que ha dejado al cuadro bermellón sin poder sellar su permanencia de manera matemática. Se las prometían muy felices los aficionados mallorquinistas, quienes ya habían comenzado a entonar minutos antes el "Mallorca es de Primera" cuando, de repente, el Athletic sacó petróleo de la última acción del partido.
El árbitro sevillano ya castigó en el primer tiempo con excesiva dureza a los baleares y se echó pronto al público encima. Tres amarillas en solo quince minutos, las de Raíllo y Muriqi muy rigurosas por saltar con los brazos extendidos, calentó el ambiente en el estadio mallorquinista.
Tras ello, no equilibró la balanza y llevó el partido sin complicaciones, gracias al juego desarrollado por ambos equipos. No añadió ningún minuto en el primer acto y, fruto de los cambios, le sumó cuatro más al segundo tiempo. Y en la última jugada del choque, un disparo de Raúl García golpeó en el brazo de Galarreta y no dudó en decretar la pena máxima. Sin embargo, en la repetición, se pudo observar una mano previa del canterano vasco Adu Ares e incluso una posible falta sobre el defensor mallorquinista que no pudo despejar el balón que, a la postre, le cayó al propio Raúl García.
La mano fue clara y la subrayó hasta el propio Aguirre en las declaraciones a DAZN, pero ni el VAR ni el colegiado decidieron revisar la acción en la pantalla de videoarbitraje. Iñaki Williams tomó el esférico y empató la contienda. Y por si fuera poco, no se llegó ni a sacar de centro, lo que aumentó aún más la ira de los locales de camino a los vestuarios. Tanto es así, que el capitán Raíllo fue expulsado por protestar.
El técnico del Athletic, Ernesto Valverde, compareció ante los micrófonos de DAZN tras el partido y no supo explicar muy bien lo ocurrido en la recta final del partido: "Ya estamos acostumbrados a estos finales. Ha sido un partido en el que nos resultaba difícil llegar arriba. El Mallorca pese a jugar en casa se ha encerrado atrás. Yo no he visto nada, con las manos vamos un poco a ciegas".
Pese a conseguir el empate en el último suspiro, el técnico rojiblanco no se marchó contento con el empate: "Siempre aspiras a ganar los tres puntos y esa era nuestra intención, pero sabíamos lo difícil que es puntuar aquí. Hemos tenido tres o cuatro minutos que nos hemos metido en un lío y ha llegado el gol del Mallorca".
Por último y respecto a la suplencia de Nico Williams y De Marcos, ha sido contundente: "No me he arrepentido de ponerlos suplentes, porque venían con cansancio y podíamos correr un riesgo de lesión. Y por eso lo he hecho".