Manolo Gaspar, director deportivo del Málaga CF, se mostró “contento” con la planificación deportiva realizada este verano, habiéndole dado forma a una “plantilla bastante configurada”. En total, 22 operaciones con las que, además, se ha dejado un balance económico positivo, algo muy importante para un club como el Málaga CF, en manos de un administrador judicial y que viene luchando contra su economía a lo largo de los últimos cursos.
Finalmente no pudo llegar a última hora la guinda del pastel, un Juanjo Narváez por el que se negoció hasta el final y que se acabó rompiendo al cierre de mercado, cuando apareció el Valladolid con el que el futbolista jugará en Primera tras ser traspasado a coste cero, guardándose unos incentivos el Zaragoza a final de curso. Es decir, una negociación en la misma línea que la que se había venido pactando con el Málaga CF (que pagaría 750.000 euros a final de temporada de acabar ascendiendo), hasta que se rompió.
Alfred N’Diaye, oficializado el último día, fue por tanto el último refuerzo para una plantilla, la del Málaga CF, con valor de 8’2 millones de euros. Al no hacerse ese último esfuerzo, sobran unos 500.000 euros para acudir al mercado. Bien de agentes libres o el de enero, cuando vuelva a reabrir la ventana de transferencias.
Una configuración de la plantilla en la que el Málaga CF y su dirección deportiva comenzaron a trabajar desde antes, incluso, que finalizara el curso pasado. En total, 23 movimientos: 13 incorporaciones, teniendo en cuanta a Febas, y once salidas. Un verano en el que se ha mirado hasta el último céntimo; tanto, que entre todas ellas tan sólo se ha pagado 150.000 euros por la cesión de Fran Villalba, procedente del Sporting de Gijón.
Para la configuración de la plantilla, el Málaga CF disponía de un 15% de lo recibido por CVC. En total eran unos seis millones de euros que el club había repartido para invertir en tres temporadas. Tras los dos utilizados el curso pasado, en esta temporada ya se le ha metido un bocado de “casi tres millones”, tal y como explicó el administrador judicial José María Muñoz.
En total, un balance económico favorable de algo más de un millón de euros, quedando una plantilla para la 22/23 formada por 21 fichas profesionales más los jugadores de la cantera que vayan derribando muros.
Un verano en el que, además, el Málaga CF ha apostado por tener jugadores en propiedad, y por más de una temporada. Una apuesta arriesgada la de éste Málaga CF, con experiencia y veteranía, al tiempo que toques de juventud. En definitiva, una apuesta arriesgada con la que luchar por el ascenso sobre el césped de la mano del discutido Pablo Guede. Y es que el inicio de temporada, eso sí, no ha sido el esperado.