Manuel Rocha3 min lecturaUna vez más, el fútbol ha vuelto a ser el escenario de algo bochornoso. Y es que el futbolista de la Unión Deportiva Las Palmas, Kirian Rodríguez, se ha visto obligado a cerrar sus perfiles en las redes sociales por el fuerte acoso que estaba recibiendo. El capitán del cuadro canario lleva toda esta campaña recibiendo insultos en las plataformas digitales, pero la eliminación en Copa del Rey ante el Elche y la derrota ante un rival directo como el Getafe en LaLiga EA Sports han incrementado esa ola de odio contra el de Candelaria.
Entre todo tipo de insultos y comentarios desagradables, hubo algunos que destacaban para mal por encima del resto. Y es que algunos creyeron oportuno meterse con la enfermedad que superó, afortunadamente, para herir y hacer daño a la persona que hay detrás del futbolista. Numerosas personas también han salido en apoyo de Kirian Rodríguez en las mismas plataformas, como es el caso de Javier Suárez, colaborador habitual de la radio oficial del club y que, a través de la propia emisora y también de sus redes sociales, ha expuesto y denunciado los que le ha sucedido al jugador: “Auténticos cobardes que se esconden detrás de un nick”, decía el comunicador canario.
“La vacaburra de Candelaria sobra en la entidad”, “hasta que no quitemos a la togna del capitán seguiremos jugando con diez todos los partidos”, “Kirian y Javi Muñoz fuera ya” o “Tenerife, le ofrecemos a Kirian” son algunos de los comentarios que se han podido leer durante estos días en la red social X, antes conocida como Twitter.
En el verano de 2022, Kirian Rodríguez anunciaba en una comparecencia de prensa que padecía un linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que se caracteriza por la presencia de células cancerígenas en los glóbulos blancos. Es admirable cómo un chaval de 26 años recibe ese palo de la vida y cómo es capaz de sobreponerse a tal enfermedad y, encima, volver a competir en la élite del fútbol español.
El de Candelaria le prometió a su afición que para el mercado de invierno lo iban a tener de vuelta, es decir, para el mes de enero, seis meses después de su diagnóstico. Finalmente, su vuelta se retrasó algo más, hasta el mes de febrero, pero desde que volvió ha estado en plenitud de forma y ha dejado atrás la enfermedad sin ningún tipo de secuela.