Evidentemente, a toro pasado es más sencillo analizar la situación y dictaminar que la decisión tomada en ese momento fue incorrecta, si bien en el momento siempre existe un contexto determinado que, quizas, convertía dicha resolución en lo más adecuado. Así, al menos, deben en el estadio Gran Canaria al comprobar desde la distancia como un futbolista que su momento dejó escapar con la carta de libertad ahora se erige en el máximo goleador de una liga europea.
Se trata del delantero tinerfeño Erik Expósito, que aterrizó en el filial canarión el verano de 2016 procedente del Rayo Cantabria y que actualmente, a sus 27 años, milita en el Slask Wroclaw de Polonia ofreciendo un rendimiento espectacular.
No en vano, el delantero ha arrancado en la liga polaca, llamada Ekstraklasa, de manera fantástica, hasta el punto de convertirse en la gran atracción por su aportación anotadora y en ataque, en general. Y es que Expósito comanda la clasificación de máximos realizadores de la liga tras la disputa de once partidos con un total de nueve goles, dos más que sus perseguidores, y un promedio de un tanto cada 113 minutos.
En sentido, es uno de los grandes artífices de que el Slask se encuentre al frente de la clasificación de la competición polaca, porque, además de los nueve tantos, ha servido tres asistencias. Ha firmado tres dobletes y vio puerta en el último partido antes del parón, lo que le consolidó como el pichichi de la Ekstraklasa y ha elevado su valor de mercado hasta 1,5 millones.
Expósito abandonó Las Palmas de forma definitiva el verano de 2019 con rumbo al club polaco, si bien en el marcado estival anterior había sido cedido al Córdoba, al no entrar en los planes del club canario para esa temporada después de haber disfrutado de oportunidades con la elástica amarilla.
Antes, en la 16/17, debutó en el primer equipo en la máxima categoría del fútbol español con su participación en dos partidos merced a su buen rendimiento en el filial, donde anotó 11 goles. Ya en la 17/18 formó parte del primer plantel y disfrutó de 417 minutos repartidos en nueve choques, en los que marcó un gol, ante el Celta. No terminó de cuajar a pesar de que en la segunda parte de la competición llegó a completar tres partidos y gozar de opciones.
Ese verano el club decidió cederle y al siguiente se marchó libre al Slask. Ahora es una estrella en Polonia.