Con una sola victoria después de 13 jornadas disputadas, el Granada marcha penúltimo en la clasificación con 7 puntos, tras sumar también cuatro empates, el último de ellos el pasado sábado ante el Getafe, y hasta ocho derrotas. Unos números ciertamente preocupantes que hace que muchos miren, inevitablemente, al banquillo, donde Paco López se siente “con mucha fuerza” para tratar de darle la vuelta a la situación.
Incluso, ya hay ofrecimientos de entrenadores para tomar el relevo en caso de destitución, como son los caos de Quique Sánchez Flores y Rubi. Pero el Granada ha tomado una decisión al respecto y la misma pasa por la continuidad de su actual entrenador. Aunque llega un nuevo parón liguero que supone un escenario propicio a priori para llevar a cabo el cambio de técnico, pues el nuevo dispondría de dos semanas para trabajar, la idea es firme: confianza en Paco López.
Así, el respaldo al preparador valenciano ha sido representado por duplicado en las últimas horas. El domingo, se le vio junto al director deportivo Matteo Tognozzi presenciado el encuentro del filial, el recreativo Granada, ante el Castellón en Primera RFEF, dando así una imagen de normalidad. Y este mismo lunes, ha sido la presidenta de la entidad nazarí, Sophia Yang, quien ha querido arropar de forma pública al ex del Levante.
Para ello, la mandataria, enlace con la propiedad Wuhan DDMC Football Club Management, que controla el club desde 2016, estuvo presente en el entrenamiento del equipo en la Ciudad Deportiva, de nuevo junto a Tognozzi, y siguió a pie de césped la sesión completa, saludando tras la misma con un abrazo al protagonista sobre el que recaen todos los focos en el conjunto rojiblanco.
Ya durante su presentación, a finales del pasado mes de octubre, el nuevo director deportivo, que llegó para sustituir al despedido Nico Rodríguez, avanzó que los cambios que planean no afectaban en principio al banquillo, afirmando no tener “ninguna duda” sobre la continuidad de Paco López.
Pero el equipo no acaba de arrancar. Y, como es norma en el mundo del fútbol, las muestras de confianza pueden tener una fecha de caducidad muy cercana. De momento, se valora el trabajo realizado por el entrenador de Silla, aunque los resultados no lleguen, con la esperanza de que este parón sirva para recuperar jugadores lesionados y poder mejorar el rendimiento colectivo del grupo. Pero no cabe duda de que el próximo compromiso liguero puede ser un punto de inflexión en un sentido u otro.
De un lado, resulta evidente de que la marcha del equipo no es la que todos esperaban. No en vano, se trata del segundo peor arranque histórico del Granada en sus 27 temporadas en Primera división, sólo empeorado por los 5 puntos que tenía a estas alturas de competición en la 2016/2017. Pero al mismo tiempo, se entiende que la situación no es tan desesperada, pues la salvación está a solo dos puntos, si bien el Mallorca, que marca esa frontera, tiene un partido menos, el aplazado con el Cádiz, otro rival directo que también está únicamente a tres unidades de distancia.
Sea como fuere, Paco López se siente arropado. En su mano, y en la de sus jugadores, está conseguir que esa confianza no se quede en una representación pública de cara a la galería. El viernes 24 de octubre, ante el Alavés en Mendizorroza, afrontarán un duelo decisivo para ello.