El Girona FC sacó este sábado tres valiosos puntos de El Sadar (2-4) tras remontar a CA Osasuna y, con 31 puntos de 36 y 29 goles a favor en 12 jornadas, se coloca como líder en solitario en la clasificación de LaLiga EA Sports, prolongando su condición de invicto lejos de Montilivi y soñando con hacer algo grande este temporada. Desde luego, la afición gironí sueña con aguantar ahí arriba y, si no es posible pelear por el título (demasiado osado haste en lo onírico), sí clasificarse para jugar la UEFA Champions League por primera vez en su historia. Es lo lógico, después de un primer tercio de curso a tan alto nivel.
Sin embargo, su entrenador, Míchel Sánchez, mantiene los pies en el suelo. En este sentido, si en la previa del partido en Pamplona volvía a recalcar que el objetivo era la permanencia, repartió más dosis de prudencia y humildad este sábado, después de colocarse líder en solitario, de ser el equipo más realizador de LaLiga y de asegurarse terminar la jornada en el primer escalón de la tabla de Primera división, con nueve de colchón en la 'zona Champions'. A pesar de todo ello, cree que la liga del Girona sigue siendo otra.
"No estamos en la liga del Barça, el Madrid, el Atleti... pero lucharemos para estar en la liga de los que vienen detrás suyo. Sueño con esto, con poder estar en la liga de la Real Sociedad, del Athletic, del Rayo... Ahora sí sueño con esa liga. El objetivo de la permanencia está cerca y sin dejar de pensar en ese objetivo pero dar un paso más", explicó el de Vallecas al ser preguntado en sala de prensa por cuáles eran sus sueños con este Girona FC tan exuberante.
Volviendo al partido en El Sadar, Míchel ensalzó el nivel y la actitud de su equipo, que empezó y acabó arrollando, pero entre medias le tocó sufrir con el doblete de Budimir y se reenganchó al partido con dos acciones plenas de fortuna de Dovbyk (2-2) y Tsygankov (2-3), antes de la sentencia, un golazo de Aleix García en el 90'. "Hemos tenido mucha personalidad y un inicio de partido increíble. El 2-3 es una jugada que cuando estás arriba te sale cara, pero cuando estás abajo sale cruz. Nos ha dado la vida y hemos vivido un final de partido más o menos tranquilo".
"Tenía mucho miedo a este partido ya que temía que impusieran su juego al nuestro, pero hemos sido nosotros que lo hemos hecho", celebró Míchel, quien consideró que Osasuna le puso las cosas muy difíciles para llevarse los tres puntos. "Cada partido es un mundo. Nos fijamos mucho en el rival y como nos van a dificultar nuestra manera de jugar, pero mis jugadores han hecho un partidazo porqué sabían que tenían delante a un equipo que exige mucho. Hemos tenido el carácter para afrontarlo y hacerlo bien. Teníamos que ir a por ellos y ser valientes. Más que el mensaje que doy es el nivel mental que tiene el equipo".
"Sí, para mí es el partido de la temporada, del que me siento más orgulloso. Remontar un 2-1 aquí eso habla muy bien del equipo. Hoy tenemos que ir a golpes contra Osasuna, porque te meten en tu área, te ganan segundas jugadas. Más que mi mensaje es la mentalidad de ellos", explicó Míchel, quien remarcó que no se fiaba nada de los navarros: "Era un partido que era un punto de inflexión. Que íbamos a tener que sufrir, porque por momentos ha ocurrido. Me imaginaba más un partido en ese sentido. Hemos tenido un inicio increíble y una continuidad después del 2-1 espectacular. El equipo me ha dado una lección a mí de cómo competir".