Aunque ha caído derrotado en sus cinco últimos compromisos lejos de casa, el Girona se ha aferrado a su fortaleza en Montilivi, donde sólo ha perdido un partido en todo el curso, para mantener su privilegiada plaza de Champions League. Con un colchón de 10 puntos sobre el quinto clasificado, con 18 por disputarse, los de Míchel están a punto de coronar una temporada histórica que podría tener como guinda la Supercopa de España, si logran arrebatarle el segundo puesto a un FC Barcelona que sólo tiene dos puntos más.
Son muchos los nombres propios detrás del gran rendimiento del conjunto catalán. Pero uno de ellos es sin duda el de Artem Dovbyk. Tras una sequía de siete encuentros sin marcar, el ucraniano ha vuelto por sus fueros y suma cuatro tantos en las tres últimas jornadas.
En total, el espigado ariete rojiblanco ha firmado 18 goles y cinco asistencias en 30 encuentros de LaLiga EA Sports, lo que le convierte en el Pichichi provisional del campeonato, con un tanto más que el madridista Bellingham.
No es de extrañar que estos números hayan llamado la atención de grandes clubes europeos, apuntándose desde Italia que el Nápoles es un de ellos. Así, Il Mattino asegura que el conjunto partenopeo tiene al ucraniano en su agenda ante la más que posible salida de Victor Osimhen, que podría recalar en el PSG.
Además, se apunta que Dovbyk ve con buenos ojos la posibilidad de recalar en un equipo que esta campaña ha estado lejos de la cabeza en la Serie A, aunque viene de disputar la Champions, cayendo en octavos ante el FC Barcelona.
El dinero, en principio, no será problema. El Girona había fijado un precio de salida de 30 millones de euros, pero hay que tener en cuenta que el club rojiblanco sólo ingresaría el 70% del traspaso, pues el porcentaje restante se lo reparten el Dnipro y el Midtjylland danés.
En cualquier caso, se indica que el Nápoles podría invertir hasta 50 millones de euros en firmar al reemplazo del nigeriano, que renovó hasta 2026 con una cláusula de 130 millones de euros que facilita su salida, pues el verano pasado, De Laurentiis pedía 200 kilos.
Ahora bien, la de Dovbyk no es la única opción que maneja el nuevo director deportivo azzurro, Giovanni Manna. El favorito, de hecho, sería Jonathan David, del Lille, al tiempo que también gustan Terem Moffi, del Niza, o Santiago Giménez, el goleador del Feyenoord.