Día muy especial el de este 4 de enero para el Getafe y su afición, cuando queda muy poco para la cita de Copa del Rey y también para el Día de los Reyes Magos. El club azulón abrió sus puertas a la afición en el Coliseum, para que pudieran acudir al entrenamiento de los pupilos de José Bordalás. Y la llamada fue respondida a las mil maravillas por una multitud de aficionados de todas las edades, donde hubo una gran presencia de familia y niños pequeños que tuvieron a su vez un encuentro con los Reyes Magos para poder dejar sus deseos para el día 6.
Desde la 7 de la mañana comenzaron a hacer cola los más madrugadores, generando una fila extensa que poco a poco se fue llenando. El entrenamiento comenzó a las 11.30 horas de la mañana, pero todo el mundo quería coger un buen sitio para ver de cerca a sus ídolos y conseguir algún obsequio de un día que fue muy especial. Pancartas, cánticos y gradas repletas de personas, unas 5.000 según los datos oficiales del Getafe CF. A pie de campo, staff, jugadores, entrenador, prensa... Una imagen entrañable que seguro que supuso un plus anímico para los futbolistas, que vienen de vivir un intenso derbi ante el Rayo Vallecano en el Metropolitano lleno de polémica.
Una de las mayores polémicas fue la expulsión de Greenwood, la primera de su trayectoria profesional. El colegiado le mostró la cartulina roja de forma directa y lo que recogió en el acta no coincide con la versión que el futbolista inglés explicó posteriormente en el vestuario y que terminaron difundiendo tanto el entrenador en rueda de prensa, como algunos compañeros. Con entrenador y banquillo apoyandolo, la afición tampoco podía faltar, por eso en la mañana de este 4 de enero fueron muchos los cánticos que sonaban en apoyo al atacante azulón a quien también le pidieron la camiseta o alguna firma.
El "Esto es fútbol, papá" de José Bordalás también estuvo presente en los cánticos desde las gradas. La hinchada azulona aprovechó, además, para animar a sus jugadores al grito de "A por la Copa". Algunos otros nombres propios sonaron, como el de Borja Mayoral o David Soria, grandes baluartes del equipo.
Al culmen de una sesión que se extendió algo más de una hora, los propios futbolistas, así como el entrenador José Bordalás, obsequieron a los presentes lanzando balones y algunas camisetas al graderío. Y así finalizó la fiesta azulona.