El nuevo entrenador del Espanyol, Diego Martínez, ha dejado claro a la plantilla perica en las sesiones iniciales de pretemporada su libro de estilo de cara a la temporada 2022-23, en la que quiere un equipo que emocione y que conecte con la afición periquita desde el primer momento.
Un libro de estilo que ya le funcionó a su paso por Granada, donde llevó al conjunto nazarí a realizar algunas de las mejores temporadas de su historia y a jugar en Europa por primera vez; y donde se convirtió en un idolo de la afición, que lamentó su marcha al finalizar la temporada 2020/21.
El Espanyol de Diego Martínez debe marcar revoluciones elevadas desde el principio. En los primeros entrenamientos en la Ciudad Deportiva Dani Jarque, el preparador gallego ha dejado claro a sus futbolistas que la intensidad debe ser uno de los sellos del equipo en este nuevo curso que arranca.
La intensidad tiene un doble objetivo. Primero, el competitivo. Segundo, el emocional. El Espanyol de la 2022-23, que sigue apostando claramente por su cantera, pretende recuperar la conexión con los aficionados periquitos, que terminaron la campaña anterior con una sensación agridulce.
El partido a partido es la filosofía de un bloque que no se marca objetivos concretos. Sin embargo, todos los componentes del grupo, incluido obviamente el cuerpo técnico, tienen muy claro que no hay lugar para el conformismo en la siguiente temporada. Las metas deben ser altas y ambiciosas.
La pretemporada del Espanyol todavía está en una fase muy temprana y es pronto para determinar sus planes concretos para este equipo. De todos modos, Roberto Martínez suele trabajar con un sistema 4-2-3-1 y presta especial atención a las jugadas de estrategia. El primer test, contra el Montpellier el 16 de julio.
Algunos de los referentes del Espanyol para la próxima campaña están claros: el centrocampista Darder, que seguirá salvo sorpresa en el bloque, y el delantero Raúl de Tomás, cuyo futuro no está claro -y al que se ve muy cerca del Sevilla FC-. De todos modos, el técnico subraya que la clave estará en la fuerza del colectivo: trabajo coral, intenso y emocional.
EFE