Rafa Benítez ya es historia en el RC Celta de Vigo. Aunque esperada, la noticia pilló por sorpresa ayer a muchos, pues hasta horas antes no había intención de acometer su destitución, tras la abultada derrota ante el Real Madrid por 4-0 en el Bernabéu. El técnico madrileño llevaba toda la temporada, prácticamente, señalado, como consecuencia de los resultados y de una serie de decisiones que no acababan de contentar ni al vestuario -donde ha tenido varios encontronazos- ni a la afición, que esperaba muchísimo más de un técnico con su trayectoria en un año como el del centenario del club celeste.
Con la guadaña todo el curso sobre la cabeza, Rafa Benítez fue ganando tiempo, salvando su gran ‘match ball’ hace dos jornadas, ante el Almería. Lo económico, pues era el técnico mejor pagado en la historia del Celta, y la falta de confianza por parte de la presidencia en que un cambio de técnico asegurara un cambio han sido los argumentos para que Benítez se haya ido aferrando al banquillo vigués hasta que la situación ha sido insostenible.
El miedo a un posible descenso ha estado metido en el cuerpo de los celestes a lo largo de toda la temporada, pero ahora, que el final de curso está a la vuelta de la esquina, se tiene más real, de ahí que no haya quedado otra que tomar una decisión drástica con Rafa Benítez, apostando por un hombre de la casa, Claudio Giráldez, técnico del filial.
Una de las cuestiones más polémicas del despido de Rafa Benítez es el referente a su finiquito. Siendo el técnico mejor pagado de la historia del club a razón de algo más de tres millones de euros netos por temporada. Un finiquito que, según ciertas fuentes, rondaría los nueve millones de euros, aunque bajo ningún concepto ha trascendido la cuantía del mismo de manera oficial.
La cuantía que el Celta deberá abonar a Benítez por su despido está plagado de dudas, siendo pocas las certezas, tal y como ha podido conocer ED. Y es que esos nueve millones de los que muchos hablan serían la cuenta resultando de los tres millones de euros por las tres temporadas firmadas, aunque no sería tan sencillo.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que aunque Benítez firmó por tres años, el tercero estaba condicionado a objetivos, por lo que a la hora de finiquitar sólo habría que saldar lo que resta del presente curso y el próximo. Junto a eso, también hay que tener en consideración que el sueldo real del técnico eran algo más de seis millones de euros brutos por temporada y que mantiene su domicilio fiscal en Inglaterra, lo que le beneficiaría en lo referente a las deducciones impositivas con respecto a España. Aunque la Hacienda inglesa tasa en un 45% los salarios del fútbol, es habitual allí que una gran parte de los contrato vengan bajo los derechos de imagen, que se tasan allí con tan sólo un 19%.
Al margen de la cuantía total del finiquito, habría que reseñar también que el técnico no habría dado excesivas facilidades a la hora de la negociación. En el caso de Benítez, más allá de lo económico, el gran problema para él es que su vuelta a España ha acabado resultando un auténtico fracaso, con lo que eso supone de cara al escaparate futbolístico nacional.