Situación límite para Guido Rodríguez, que añora al Betis

El argentino empieza a ser blanco de las críticas por su rendimiento y su presencia ha decrecido sensiblemente en un West Ham en crisis mientras que en Heliópolis se lucha por Europa

Situación límite para Guido Rodríguez, que añora al Betis
Guido atraviesa por un mal momento en el West Ham. - CORDON PRESS
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 3 min lectura

A Guido Rodríguez no le salieron los planes como se esperaba el pasado verano y se encontró en una situación muy incómoda que le alejó del Betis por la puerta de atrás después de haber sido un ídolo. La tentación del Barça provocó que no aceptara las ofertas verdiblancas para renovar el contrato y finalmente los azulgranas le dejaron plantado y sin equipo tras finalizar su vinculación en Heliópolis. Hubo contactos para su regreso inmediato, si bien ya nada era lo mismo y tuvo que buscar una solución de urgencia para continuar su carrera, aceptando la propuesta del West Ham inglés, más cuantiosa que las puestas sobre la mesa por los heliopolitanos pero sin, por ejemplo, la opción de disputar Europa.

No era ni mucho menos su destino deseado, pero las circunstancias le obligaron a tomar decisiones que, a priori, no entraban en su hoja de ruta, lo que, a medio-largo plazo suele pasar factura de una manera u otra, justamente lo que le está ocurriendo al argentino en el conjunto londinese, donde los resultados no acompañan y se empieza a cuestionar la política de fichajes llevada a cabo en verano.

Y es que, mientras que el Betis lucha por entrar en puestos europeos, el West Ham se encuentra más cerca del descenso, a cinco puntos, que de posiciones continentales, ahora mismo a siete tras ganar un solo partido de los últimos cuatro y encadenar dos jornadas sin marcar.

Pero el problema de Guido va más allá de lo colectivo, pues, aunque es titular indiscutible desde su llegada, su rendimiento no termina de responder a las expectativas y comienzan a surgir críticas por su incorporación dentro de la afición del West Ham al mismo tiempo que su presencia ha decrecido sobre el terreno de juego, como demuestra que en los dos últimos encuentros fue sustituido antes de lo habitual. Así, en la derrota contra el Nottingham Forest, Julen Lopetegui lo dejó en el vestuario en el descanso con 1-0 para dar entrada a Carlos Soler, lo que llamó la atención tanto en cuanto al borde del ecuador se había quedado sin el otro componente del doble pivote, Edson Suárez, por expulsión.

El pasado sábado, en el empate sin goles contra el Everton, volvió a ser uno de los primeros cambios de Lopetegui, pues lo quitó en el minuto 67 como reflejo de que ya no se trata de una pieza tan intocable como al principio y le sitúa en una situación delicada, añorando seguramente sus días de gloria en Heliópolis y lamentando no haber gestionado mejor su futuro en verano.