De Rui Silva y Luiz Felipe a Guido Rodríguez o Luis Rioja: la solución intermedia para Álvaro Valles

El rinconero se tira a una piscina con agua en forma de precontrato a partir de 2025, vía que también transitó su compañero de demarcación; con otros al borde de un final de contrato hubo una gestión similar

De Rui Silva y Luiz Felipe a Guido Rodríguez o Luis Rioja: la solución intermedia para Álvaro Valles
El canterano verdiblanco, embarcando en el Aeropuerto de San Pablo rumbo a la pretemporada con la UD. - @pablosuarezgo
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura

Luis Rioja estuvo a punto de cumplir su sueño de enfundarse la camiseta del Real Betis el pasado mes de enero, pero no se produjo la quinta salida invernal (Rodri Sánchez) que le habría abierto seguramente las puertas del club de sus amores. Este verano, desde La Palmera le pidieron paciencia, pues su aterrizaje dependía de varias salidas por fuera en una segunda tanda, tras el quinteto que ya ha desembarcado (Romain Perraud, Marc Roca, Iker Losada, Adrián San Miguel y Diego Llorente), aunque no había red de seguridad, por lo que el extremo de Las Cabezas de San Juan ha optado por estudiar otras vías. Frustrada también la del Valencia CF, negocia ahora con el CA Osasuna, consciente de que ya ha agotado su ciclo en el Deportivo Alavés. Lo de Álvaro Valles es diferente: se tira a la piscina porque sabe que hay agua.

El meta rinconero, como en su día su compañero de demarcación Rui Silva, al que opta a sustituir en cuanto se mueva el mercado de porteros en Portugal (ofertón de la Premier por Diogo Costa y respuesta del Oporto repatriando al de Maia), tendría un compromiso con los verdiblancos ejecutable el 1 de julio de 2025 y rubricado en forma de precontrato a partir de Año Nuevo, cuando ese paso se convertirá en totalmente legal. Ha rechazado la propuesta del Marsella y comunicado a la UD Las Palmas que sólo contempla volver a casa. Aunque dice una regla no escrita en el mundo del fútbol que los jugadores acaban vistiendo la camiseta que quieren, su todavía presidente, Miguel Ángel Ramírez, tensa la cuerda y le amenaza con la grada, incluso perdiendo dinero. A día de hoy, en el Benito Villamarín no tienen previsto subir su propuesta de cuatro millones de euros, ni mucho menos acercarse a los presuntos 8+2,5 que daban en la Costa Azul.

Ese listón, precisamente, es el que suele utilizar el Real Betis para reclutar futbolistas en su último año de contrato. Con Guido Rodríguez, como le quedaban seis meses con el América, tuvo éxito y se lo llevó por 3+3, mientras que Lazio y Granada CF fueron inflexibles por Luiz Felipe y Rui Silva, que debieron esperar al año siguiente. Con el brasileño costó más, si bien el meta portugués firmó el citado precontrato que podía anularse antes del 'deadline' invernal de la campaña anterior a su llegada a cambio de dos kilos, cuatro en el caso de ser el Sevilla FC su destino. Desde febrero de 2021, romper su vínculo con los heliopolitanos costaba ya entre 40 y 50. Con tres porteros ahora (el ex de Nacional, más Adrián y Fran Vieites), los de Manuel Pellegrini no tienen prisa, aunque cuentan con la posible salida del luso. Sólo entonces, si todas las posturas siguen inamovibles, se plantearían elevar un poco la puja.

Los 10-12 millones que exige Las Palmas son inasumibles en La Palmera, máxime por alguien que será agente libre en pocos meses. La fórmula de las cesiones para abaratar el trato está sobre la mesa, aunque en Gran Canaria quieren a Borja Iglesias, asumiendo a lo sumo la mitad de su ficha, opción que no gusta en el Real Betis. Si termina llegando Pablo Maffeo por Youssouf Sabaly, no se cierra a que Aitor Ruibal o algún otro acabe vistiendo de amarillo, incluso otros nombres de la parcela ofensiva, si bien es un sendero prácticamente inexplorado a día de hoy. La última solución intermedia pasaría por un préstamo seco (el Villarreal CF y el RCD Espanyol estarían interesados seguramente), remunerado además, para que MAR obtuviese algún beneficio y se saliera con la suya de no ceder ante el deseo de Valles de ir a Sevilla. En la planta noble del Villamarín, con todo, confían en reconducir la situación ya entrado el mes de agosto.