Claudio Bravo se despedía este domingo del Benito Villamarín, donde recibió un caluroso homenaje en los prolegómenos del choque ante la Real Sociedad, y, salvo sorpresa, no jugará el próximo sábado (21:00 horas) ante el Real Madrid en la última jornada de LaLiga 23/24, por lo que su broche como verdiblanco lo habría puesto el pasado 9 de noviembre de 2023 ante el Aris Limassol chipriota en la Europa League. Una complicada lesión muscular le lastró el segundo trimestre de curso y parte del tercero, cuando ya le ha sido imposible desbancar a Rui Silva, con el que se alternó la titularidad en los ejercicios anteriores. Rumores aparte, no se retirará, al menos para integrar el cuerpo técnico de Manuel Pellegrini, aunque tampoco ha tomado una decisión sobre el siguiente paso de su carrera, que bien podría albergar lo que, desde el adiós de Roger Federer, se denomina 'last dance', parafraseando el documental sobre la ascensión de Michael Jordan.
Por ahora, el de Viluco, que ha verbalizado al fin que no renovará con el Real Betis, prefiere centrarse en la inminente Copa América, sobre todo ahora que Ricardo Gareca le ha devuelto la titularidad y la capitanía de 'La Roja'. Queda por confirmar que estará entre los 26 elegidos, aunque se antoja una formalidad. Mientras tanto, con 41 años recién cumplidos, escuchará ofertas o, más que nada, proyectos para volver a ilusionarse una vez más. No parece probable un retorno a Chile, donde solamente se ve con el escudo de Colo Colo en el pecho, vía que ahora mismo parece cerrada. Desde Barcelona alimentan el rumor de un posible retorno para cubrir las espaldas de Ter Stegen en torneos menos trascendentes, como la Copa del Rey y la Supercopa de España, dejando LaLiga y la Champions League para el alemán, así como liberando a Iñaki Peña, que gustaba en La Palmera, para una venta.
Con todo, desde el entorno de Bravo reducen consistencia a esta hipótesis del Barça, deslizando que el futuro del veterano cancerbero ex de Real Sociedad y Manchester City podría estar más cerca de la MLS. Aparte de otros proyectos personales de índole empresarial y solidaria que le irán acercando junto a su familia a su país natal, Claudio podría seguir los pasos de una estrella como Leo Messi, que decidió apostar por una Liga menos exigente y más lucrativa que las europeas para, entre otras cosas, dosificarse de cara a la inminente Copa América y el Mundial de 2026, que se celebrará en Estados Unidos, Canadá y México. Aguantar dos años más no entra en los planes del buinense, pero todo dependerá de si vuelve a sentirse importante con Chile y encuentra un equipo en su continente natal que le otorgue confianza.