-Si tuvieras que decirle a alguien que no sepa quién es Julio Muñoz, que en Sevilla es raro, ¿quién le dirías que es Julio Muñoz, El Rancio?
-Julio Muñoz Rancio es, a priori, muchas cosas: periodista, guionista de series de Netflix, guionista de obras de teatro y, por supuesto, colaborador en programas de radio de la Cadena Ser, además de gestionar las cuentas de Rancio. La verdad es que soy curioso y, si tuviera que definirme de alguna manera, diría que soy alguien a quien le gusta observar, que se siente atraído por las cosas, busca explicaciones a lo que ve y tiene habilidad para contarlas. Creo que lo que une todo lo que hago es que estoy muy pendiente de lo que sucede a mi alrededor y luego intento contarlo de una manera atractiva.
-Estuviste seis años en la Selección Española de Fútbol, ¿cómo fueron esos años?
-Yo estuve desde 2013 hasta el Mundial de Rusia en la Selección Española, como director de comunicación digital, y la verdad es que fue una época maravillosa en mi vida. Coincidí con una generación de futbolistas que es historia, no solo del fútbol español, sino del fútbol en general. Estaban Iker Casillas, Sergio Ramos, Gerard Piqué, David Villa, Andrés Iniesta, Xavi... De repente, tener la experiencia de poder viajar con ellos a los partidos, estar en el hotel, hablar y compartir tiempo con ellos, fue algo muy bonito que me llevaré para siempre. Aprendí un montón sobre cómo es un deportista de élite, sobre los tiempos, los espacios y la manera de relacionarse con ellos que necesitas tener. Es cierto que hay gente que piensa que jugar al fútbol es muy sencillo, pero solo hay un número limitado de personas que llegan a ese nivel. Habiendo tantos que disfrutan del fútbol, eso indica que hay que ser excepcional no solo en habilidad o sacrificio, sino también en tranquilidad y salud mental. Para mí, fue una experiencia de aprendizaje enorme.
-¿Tienes alguna anécdota buena y mala con alguno de esos jugadores?
-¿Anécdotas en seis años? Imagínate, ha pasado de todo. Se me vienen a la mente muchas grandes meteduras de pata que cometimos, pero hay una anécdota que recuerdo con especial claridad: cuando David Villa volvió a la selección española tras su paso por Estados Unidos. Esa convocatoria era muy esperada, ya que la gente no sabía si regresaría o no. Yo estaba allí, entre Superman y Clark Kent, porque por un lado estaba la selección y, por otro, mis compromisos con Rancio Sevillano.
La convocatoria nos la daba el seleccionador, Julen Lopetegui, aproximadamente una hora antes, para que pudiéramos preparar toda la gráfica y demás. Ese momento era muy intenso, porque tenías que poner todas las caritas correctamente y no cometer errores, además de enviar la información a los compañeros de redes y prensa. Durante ese tiempo, yo había publicado un meme sobre una broma relacionada con el hotel Al-Andalus que no se entendió bien, y entonces llamarón a la policía y comenzaron a desalojar el hotel. Mi móvil no paraba de sonar, y le decía a Julen: "Necesito responder el teléfono", a lo que él me contestaba: "¿Qué es más importante que la convocatoria de la Selección Española?" Y yo le respondía: "Es que no lo sé, si mi hijo está enfermo, eso es más importante".
Al final, me metí en un lío que había provocado, porque lo que había publicado se interpretó como un ataque terrorista. Fue una de las mayores meteduras de pata que cometí como Rancio, y coincidió con un momento de máxima intensidad en la selección, que era el regreso de Villa. Estaba allí, con una oreja intentando hablar con la policía y con la otra intentando solucionar el problema. Pero ya te digo, han pasado mil cosas. Recuerdo que, volviendo de la Eurocopa de Francia, hubo un rayo que atravesó el avión y pensé: "No pueden pasar más cosas aquí".
En resumen, fue todo muy bonito, hasta que me despidió Rubiales. Nunca pensé que un despido pudiera tener un impacto positivo en mi currículum. Así que llegó Rubiales y echó a todos los que no eran de su confianza. En ese momento fue muy duro, pero después, la verdad, me alegré.
-¿Y te quedaste con el traje de Rusia en un armario?
-Cada vez que llegábamos a una fase final, el patrocinador de trajes, que en esta ocasión no recuerdo cuál era, creo que era Emidio Tucci, nos medía y confeccionaba trajes a medida para todos los miembros de la expedición. A mí me dejaron fuera justo antes del Mundial, así que ya tenía el traje. Le quité el escudo y lo he usado en alguna boda.
-¿Y sigues teniendo algún contacto, no solo con jugadores, con Vicente del Bosque, con Julen Lopetegui, con Rubiales, sabemos que no?
-Con Rubiales no, no tengo contacto. Sí, mantengo contacto con mucha gente de la Federación y con jugadores. Los futbolistas son personas a las que hay que saber tratar, porque 24 horas al día les están presionando. Llega un momento en que, por su propia supervivencia, tienden a bloquearse. Por ejemplo, teníamos algo muy claro: yo soy personal de la Federación, estoy aquí para ayudarte en lo que sé que es comunicación y en lo que necesites. Intentamos no ir mucho, sino estar disponibles para cuando ellos necesitaban algo, para que supieran que podían contar con nosotros. Aun así, tienes más afinidad con unos que con otros, y al final haces amigos con algunos. Por ejemplo, conocí a Adrián San Miguel cuando lo convocó Julen Lopetegui y ahora somos amigos. Mantengo contacto con Sergio Ramos y con muchos más. Éramos muy amigos, pero la vida nos ha llevado a cada uno por su lado. Por ejemplo, con Diego Costa, que era como mi superamigo, pero ahora él está en Brasil y es más complicado.
-Y ahora, volviendo a Sevilla, el 30 de marzo es el derbi. ¿Cómo se vive el derbi aquí en Sevilla y más siendo bético de carnet?
-Pues el derbi es ponerte nervioso durante mucho tiempo. Es una situación en la que todo el mundo en la ciudad está loco perdido, con ese partido en la cabeza. A mí me gusta esta dinámica porque los derbis sevillanos son un motor de ingenio absoluto. Comienzas a hacer bromas, chistes y guasa con uno y con otro, tanto antes como durante y después del partido. En esta ciudad tenemos la bendita costumbre de que, cuando ocurre algo, al minuto y medio ya hay 25 memes. A mí me encanta. Lo paso mal y me pongo nervioso, porque además soy del Betis y, normalmente, los derbis no se les dan bien a mi equipo, así que sufro mucho. Siempre digo que, si alguna vez me dicen, ojalá que no, que me quedan solo tres días de vida, me pondría a ver derbis, porque se me hacen eternamente largos. Digo: "Minuto 7, por Dios, y ya he perdido 20 años de vida".
Pero creo que ha cambiado mucho el tema de los derbis para bien. Antes, tenía miedo cuando iba al campo en un derbi; ahora me parece que siempre hay gente que mete la pata, pero no tiene nada que ver con el nivel de crispación y violencia que había en el pasado. Hay tensión, toda la que se quiera, y la gente nos pone muy nerviosos, pero no son los derbis de los años 90 que yo vivía, donde decía: "Es que paso un mal rato aquí". Afortunadamente, eso ha cambiado
-Y después, cuando vuelves aquí a la radio o a ser profesor y has perdido o ganado el derbi, ¿cómo se vive eso?, siendo ganador y siendo perdedor.
-Es que el fútbol tiene algo precioso: te da satisfacción sin necesidad de involucrarte tú. Normalmente, cuando algo nos hace felices es porque uno se ha esforzado y ha salido bien. O cuando algo sale mal, es porque querías algo y te decepcionas porque no ha sido suficiente. Sin embargo, el fútbol tiene esa cosa que dices: "Yo estoy contento por lo que han hecho otros". Eso es muy bueno cuando ganas, pero, por otro lado, también hay que ver el disgusto que siento sin tener nada que ver. No es que yo haya tirado el penalti ni la falta ni nada; simplemente, lo llevas como puedes. Con la edad, también me he vuelto un poco más frío. La vida sigue.
Ser del Betis te da una lección de frustración, porque durante mucho tiempo, al Betis le han salido mal los derbis. Decías: "Si es que se lo ha merecido ganar y es que ha perdido". Eso me ha formado mucho como persona; de alguna manera, me ha enseñado a gestionar esa sensación de frustración. Pero, evidentemente, soy del Betis y quiero que el Betis gane el derbi
-¿Y llevas bien o mal que a tu equipo la Selección Española de Fútbol no convoque a los jugadores que son claves en tu equipo?
-Yo soy bastante emocional. Me ha decepcionado mucho que Isco no haya ido a la selección. Sé que puede lesionarse, cansarse, y que quizás lo disfrutamos más aquí, pero creo que en el caso de Isco, como selección y como país, hay un mensaje bonito en que él volviera. Es un tipo que se ha rehecho, que representa el esfuerzo puro y que lo ha pasado muy mal. De repente, creo que es importante enseñar a la gente que reacciona así. El hecho de que Isco regresara a la selección, además de que creo que se lo merece, sería una lección bonita para el resto de los españoles. Es decir, puedes estar mal, sin equipo, puedes salir del Sevilla y, a través del esfuerzo, puedes volver al lugar donde, en teoría, debes estar. Me ha decepcionado un poco, éticamente. Si lo pienso fríamente, así descansa más y lo puedo disfrutar más en mi equipo, pero me hubiera gustado que hubiera ido.
-¿Y Pellegrini, hasta cuántos años lo quieres tener aquí?
-Pellegrini es que... Fíjate que hay veces que no estoy en la Pellegrineta, te lo digo claramente. Bueno, en la Cámara de los Balones, Juan Amodeo me da mucha caña por eso. Pero es verdad que ha llevado al Betis a otro sitio, eso es incuestionable. Lo que pasa es que también creo que hay que valorar la plantilla que tiene el Betis. Pellegrini es un gran entrenador, pero Isco es un gran mediapunta, Diego Llorente es un gran central, y Jonny Cardoso es un gran mediocentro. Creo que al principio de la etapa de Pellegrini en el Betis, el mérito era más suyo, y ahora, si tenemos que ser justos, creo que el mérito está más repartido, porque hay una directiva que ha traído un equipazo. Yo no le cambiaría la plantilla ni al Villarreal ni al Athletic de Bilbao, ni a principios de año ni ahora, después del mercado de invierno. Entonces, deberíamos ser un poco más tranquilos, porque, volviendo de Leganés, la gente estaba como loca recibiendo al equipo, y hace cuatro semanas estaban cantando en el campo "directiva, dimisión", "jugadores, mercenarios". Igual tenemos que ser un poco más calmados, porque no puede ir esto tan rápido. En un mes no se puede pasar de ser un mercenario a querer abrazarlo. Ya te digo, creo que Pellegrini ha hecho mucho por el Betis, y que ese crecimiento ha hecho que no esté solo Pellegrini, sino que haya una dirección deportiva que lo está haciendo muy bien.
-¿Y tú crees que este año se llevará al Betis, por fin, un título europeo?
-Eso sería algo muy grande. Yo soy un bético raro. Mi abuelo Pepe decía: "El día que el Betis gane algo gordo, yo me quito del Betis". He mamado eso. Evidentemente, me gustaría que el Betis ganara todo, pero es verdad que soy muy feliz con mi Betis en general. Para mí, el Betis es algo que trasciende el resultado deportivo. Estuve en Madrid diez años y me sacaba el carné sin saber ni dónde estaba, pero tenía el asiento, porque para mí era una cuestión de identificación con valores que son importantes y que veo en el Betis. Otros verán el Betis de otras maneras. Ojalá el Betis tenga un título este año; me sentiría súper raro.
-Y ya para terminar, has sacado hace poco 'El Jartible Oscuro', de la saga del Asesino de la Regañá. ¿De qué trata esta vez? Creo que ya va por la cuarta edición.
-Sí, muy bien. Es una aventura en la que está involucrado el Papa durante una visita a Sevilla, y quieren matarlo. Aquí están Jiménez y Villanueva, mis policías de todas las novelas, que intentan encontrar al asesino. La verdad es que he disfrutado mucho escribiendo esta historia, ya que llevaba aproximadamente tres años sin crear una nueva novela con Jiménez y Villanueva, y tenía muchas ganas de hacerlo. Es muy gratificante cuando la gente recibe tu trabajo de esa manera. El libro salió en noviembre y ya está en su cuarta o quinta edición en pocos meses. Se han vendido muchos ejemplares, lo cual me llena de satisfacción y alegría, porque realmente disfruto escribiendo.
Por supuesto, el Betis y Sevilla están muy presentes en la trama. Ocurren muchas cosas y aparecen personajes de los equipos. En nuestra ciudad, los jugadores del Betis y del Sevilla son un importante elemento de cohesión social. Puede que no sepas quién es un cantante de sevillanas, pero todos en Sevilla conocen a Isco o a Lukebakio. Así que, al construir una historia como esta, estos referentes son de gran ayuda, y por eso los incluyo.