"La expulsión es clarísima; hemos cometido un error, totalmente evitable. No es el primero pero, una vez que ha pasado, ha habido otro partido. Si, once contra once, estos chicos te encuentran al hombre libre fácil, te puedes imaginar con uno menos y con el cansancio del que venimos. Nos hemos intentado juntar y sujetarnos de pie de la mejor manera posible, pensando en el partido del jueves, pero ha sido muy difícil. Creo que en la anterior (ante el Real Betis) se confundieron; en ésta no, en ésta nos hemos confundido nosotros. La de hoy entiendo que es justa; lo que tenemos que hacer es intentar evitar estas situaciones", explicaba ante los medios este domingo Imanol Alguacil, entrenador de la Real Sociedad, en referencia a la roja directa que vio su pupilo Aritz Elustondo contra el FC Barcelona al sujetar y derribar a los diecisiete minutos a un Dani Olmo que se marchaba solo para el mano a mano con Álex Remiro.
Advierte el de Orrio diferencias que, incluso el público parcial, no ve con la acción entre Igor Zubeldia y Jesús Rodríguez dos jornadas antes en el Benito Villamarín. Se trata, ratificado por la inmensa mayoría de los analistas arbitrales, de dos acciones calcadas, prácticamente idénticas, que ocurren dentro de lo que se conoce en el mundillo como 'zona DOGSO', por lo que poco importa que haya un compañero cerca (Luka Sucic entonces, Javi López ahora) que pueda llegar para ayudar. Incluso, aunque el preparador donostiarra hablase de que habían pitado bien pese a quedarse con uno menos ante la Lazio (en aquella ocasión, Aihen Muñoz vio la segunda amarilla a la media hora por un codazo y una entrada abajo, junto a los banquillos, a Gustav Isaksen) y el Barça, pero no frente al Betis, el extremo de Alcalá de Guadaíra se encontraba a la mitad de distancia de la portería vasca que el mediapunta de Terrassa, siendo, además, manifiestamente más rápido que él.
En los foros béticos se relacionan estas últimas horas las palabras de Imanol más a una fijación personal con un rival directo que le ha superado insistentemente desde su promoción a la primera plantilla albiazul que a un análisis realista de todas estas situaciones. No en vano, sólo Diego Pablo Simeone (con el Atlético de Madrid) y Carlo Ancelotti (con el Real Madrid) le han ganado más veces que Manuel Pellegrini, su auténtica 'bestia negra'. Y eso que, en el estreno de ambos como easonense y heliopolitano, hubo un 0-3 de Alguacil en la Avenida de La Palmera (20/21). Desde entonces, cuatro empates y cuatro derrotas en los siguientes ocho cruces, venciendo los guipuzcoanos luego dos veces (la más reciente, con un penalti muy polémico de Romain Perraud a Mikel Oyarzabal, aunque el míster de éste censuró el de Aihen a Antony en la segunda vuelta, que acabó con 3-0).
Con un par de dolorosas eliminaciones coperas entre los traspiés recientes contra el Real Betis (una, en la prórroga de octavos de final de la edición 20/21; otra, por 0-4 en Anoeta en los cuartos de la 21/22, con título posterior de los verdiblancos), Alguacil combina elogios previos en rueda de prensa con un mal perder evidente. Ante los culés, se pliega sin concesiones antes ("tanto a nivel individual como colectivo están en un grandísimo momento. Es una gozada verles, con el atrevimiento que juegan; haciendo uno o dos goles, buscan el tercero, el cuarto o el quinto; por eso, en momentos puntuales, recibe más goles de los que les habría gustado") y después.