"Tuvimos situaciones clarísimas para haber, al menos, empatado el partido. Después de estos 90 minutos, uno puede sentirse orgulloso de dirigir a este equipo". Así de satisfecho acabó el técnico del Real Betis, Manuel Pellegrini, el duelo que su equipo perdió en Balaídos, en el que culpó casi en exclusiva al árbitro de la derrota.
Cierto que la expulsión de Luiz Felipe resultó más que polémica y que se rearbitró una jugada en la que el VAR, en teoría y según ha señalado el Comité de Árbitros, no debía de meterse; y también que el árbitro, el riojano Soto Grado, fue tremendamente parcial a la hora de mostrar las cartulinas, no en vano, el Betis tuvo más tarjetas que faltas hizo en el encuentro.
Todo ello dejó un sabor de boca menos amargo. El bético acabó con la sensación de que era injusta la derrota y ahora mismo sigue mirando al frente con mucho optimismo. Y aunque un análisis más sereno no le dé del todo la razón, no en vano salió dormido los veinte primeros minutos y no reaccionó tras la expulsión hasta que Pellegrini hizo los cambios en el descanso, sí que puede sacar varias conclusiones positivas que invitan al optimismo a corto plazo.
La principal tal vez sea el regreso de Nabil Fekir. Se esperaba al francés desde el inicio después de que llevara semana y media entrenándose con el grupo, pero Pellegrini prefirió no forzarlo y lo metió en el descanso, cuando el resultado era adverso, el Betis estaba con uno menos y necesitaba un jugador capaz de crear juego y mantener el balón en su poder.
Y Fekir respondió al reto como sabe. El problema es que en este periodo soto Grado decidió bajar el listón de las tarjetas y al francés, como a Canales, lo cosieron a patadas y no pudo desplegar todo su potencial. No obstante, el equipo mejoró con su presencia y, ante la Roma, ya se le espera a tope para liderar al equipo en ataque.
Como dijo Pellegrini, el juego desplegado por el equipo bético en la segunda parte, con uno menos, es para sentirse orgulloso. "Nos dejaron con uno menos y, pese a eso, tuvimos ocasiones de gol para haber empatado. (...) No podíamos jugar de igual a igual ante un equipo con un hombre más. Y el equipo se acopló bien", indicó el chileno.
El Betis, con Canales y Fekir construyendo en ataque, junto a un Rodri que cuajó un buen partido, y con Paul cubriendo mucho campo como pivote defensivo, parecía tener un futbolista más que un Celta que sólo apareció una vez ante Rui Silva en toda la segunda mitad. Sin duda, se hizo merecedor del empate.
El guardameta portugués demostró una vez más estar a un nivel superlativo. En la mala primera mitad, salvó al Betis con un paradón en una falta de Óscar y en un mano a mano con Carles Pérez. Y ya al final, sacó un pie ante el exsevillista Óscar que mantuvo la llama hasta el final.
"Era importante aguantar lo máximo posible, porque si hacen el 2-0 sería mucho más dificil. He podido sostener al equipo, pero no ha podido ser", señaló Rui Silva a la finalización del partido
Quedó señalado al perder el balón del gol de Gabri Veiga, pero fue una jugada puntual en la que él no tuvo toda la culpa. Se le vio mucho mejor que en su regreso ante el Girona y se aventuró arriba en varias ocasiones, una de ellas casi acaba en un gol de Álex Moreno. El lateral catalán del Betis se convierte así en una alternativa más para Pellegrini, que no tendrá que lamentar tanto cualquier baja de Sabaly y podrá emplear a su 'chico para todo' Ruibal en otros menesteres.
Montoya se mostraba feliz de "de coger ritmo y estar ahí" y orgulloso del equipo. "Estoy orgulloso de este equipo, porque se ve que va para arriba, que quiere más y que tiene mucha hambre por estar arriba", indicó.
Pero tal vez lo mejor de todo es que Pellegrini, queriendo o no, llegará a la 'final' de Roma con muchos de sus pilares descansados. Guido Rodríguez no jugó ni un minuto; Fekir lo hizo una parte, lo mismo que Borja Iglesias o Willian José; William Carvalho, 22 minutos; más o menos lo mismo que Aitor Ruibal; e, incluso, la expulsión de Luiz Felipe le permite regresar a la Ciudad Eterna sin apenas desgastarse...
Pellegrini afrontará el duelo decisivo ante el conjunto de Mourinho descansado en lo físico, con la moral aún alta pese a la derrota y tres puntos de ventaja en el grupo. Es para ser optimistas.