Cada vez está más claro que en la RFEF y todos sus brazos ejecutivos, desde el Comité Técnico de Árbitros a los órganos jurisdiccionales, la tienen tomada con el Real Betis, acaso por la decisión firme de los verdiblancos de acudir a la justicia ordinaria en el 'caso Canales', sin marcha atrás cuando el TAD decidió mantenerle los cuatro partidos de sanción, de los que solamente cumplió el primero y tiene dos aparcados 'sine die' gracias a una segunda cautelar. Esa afrenta desde La Palmera la está pagando muy caro el club heliopolitano, en pleno bajón de juego y resultados, al que se une una inquina generalizada por parte de colegiados y jueces deportivos. El último ejemplo es el caso omiso de Competición a las alegaciones presentadas al acta de Del Cerro Grande, cuya presunción de veracidad trataban de quebrar los abogados del club con unas imágenes videográficas meridianamente claras.
De esta forma, y aunque Manuel Pellegrini argumentó tras el choque en el Camp Nou que entendía al árbitro madrileño por señalar amarilla en la acción con Raphinha, ya que desde el VAR sólo podían advertirle en caso de haber dudas sobre el color de la amonestación, pero no de que Edgar toca balón. A la hora de recurrir, en cambio, la segunda por falta a Pedri es casi imposible de revertir, ya que hay contacto y queda a criterio del colegiado principal, por mucho que dudase y se desdijese por las supuestas presiones de jugadores y técnicos locales. Muchas más esperanzas había con la primera, debido a que una toma de Movistar Plus y LaLiga TV muestra que la trayectoria del esférico cambia al intervenir el zaguero catalán y que el extremo brasileño se tira sin que haya falta. El objetivo era lograr que se invalidase el castigo por la expulsión y que simplemente cumpla ciclo en San Mamés, quedando limpio ante el Rayo Vallecano.
Sin embargo, si desde otras instancias federativas se han mostrado igualmente inflexibles y poco abiertos a ceder (léase la desconvocatoria del sub 19 Félix Garreta), el primer peldaño de la jurisprudencia deportiva no iba a ser menos. Así, el Comité de Competición ignoró la solicitud bética y ha castigado este martes a Edgar con un partido por doble amarilla, por lo que, de no prosperar un posterior recurso ante Apelación o, llegado el caso, el Tribunal Administrativo del Deporte, el de Sant Joan Despí seguiría con cuatro amarillas, al borde del ciclo, cuando retorne tras el purgatorio en San Mamés. Una muestra más de la desfachatez que impera en las altas instancias, donde exigen pero casi nunca aplican la autocrítica.