El Fútbol Club Barcelona se dejó dos importantísimos puntos en el Coliseum ante el Getafe el pasado sábado, tras no poder pasar del empate a uno. Los hombres de Hansi Flick no pudieron aprovechar la derrota del Atlético de Madrid en Butarque ante el Leganés para acercarse al liderato. Los culés se atascaron ante el sistema defensivo de José Bordalás, como le viene ocurriendo durante los últimos años. El equipo catalán no acabó contento con el arbitraje que llevó a cabo el colegiado González Fuertes. El presidente de la entidad, Joan Laporta, ha sido preguntado por esta situación este lunes por los periodistas: “El arbitraje de Getafe fue una vergüenza, que no se pitara el penalti a Koundé. Es un escándalo, y creo que lo tendríais que repetir más veces”, confesaba en tono enfadado el máximo mandatario culé.
La jugada a la que se ha referido es en la que Uche, jugador del Getafe, agarra a Jules Koundé dentro del área azulona, impidiendo que el defensa francés llegara a rematar un balón procedente de un saque de esquina. Después de sus palabras, un periodista le habló de una acción similar que sí se señaló sobre Antonio Rüdiger, jugador del Real Madrid, a lo que Laporta contestó “exacto”.
Las declaraciones se han producido a la salida de los juzgados, donde Laporta ha declarado después de ser acusado de una estafa que asciende a 4,7 millones de euros, después de que una familia invirtiera sus ganancias en una Primitiva en una sociedad relacionada con el presidente del Barcelona. La acusación asegura que invirtieron 2,4 millones de euros en la empresa CSSB por un periodo de dos años al 6% de interés anual. Ahora, los denunciantes aseguran que no han recibido la cantidad que le corresponde según lo acordado en 2014, cuando se realizó la inversión.
Después de su declaración en sede judicial, está previsto que viaje a Lisboa, donde mañana el Barça se medirá al Benfica en la penúltima jornada de la liguilla de la Champions League. Los blaugranas, además de jugarse todavía el acceso a octavos sin una eliminatoria previa, se juega una suculenta cantidad económica en estos dos partidos que le quedan, este contraer Benfica, y la semana que viene contra la Atalanta. Esta polémica se une a la que días atrás ha protagonizado el Barcelona con su presidente a la cabeza, en la que el Gobierno de España intervino para solucionar el asunto de las inscripciones de Dani Olmo y de Pau Víctor en las filas culés.