Javier A. Ezquerra4 min lecturaEl FC Barcelona se encuentra sumido en una grave crisis interna. Cada día que pasa aumenta un poco más la tensión dentro del vestuario. Un reciente incidente, que involucra a Raphinha y al asistente de Xavi Hernández, ha puesto de manifiesto los problemas que hay en el equipo. Según ha informado el programa ‘Jijantes’, el delantero brasileño protagonizó un altercado con Óscar Hernández, hermano y asistente de Xavi, durante el partido contra el Valencia en Montjuïc el pasado 29 de abril.
El conflicto se desató en el minuto 66 del partido, cuando Xavi decidió sustituir a Raphinha por Joao Félix. En ese momento, el marcador estaba empatado (2-2), lo que hizo que el delantero brasileño se sintiera señalado como responsable del dicho resultado. Raphinha, visiblemente molesto, se dirigió al banquillo con actitud desafiante. Fue entonces cuando Óscar Hernández se acercó a él, pero el brasileño no pudo contener su frustración, desatando una acalorada discusión entre ambos.
El altercado no se quedó en el terreno de juego, sino que generó una considerable tensión en el vestuario del FC Barcelona. Según fuentes internas, el enfrentamiento entre Raphinha y Óscar Hernández fue intenso, llegando incluso a amenazas sobre su futuro en el equipo. "Tranquilo, ahora no jugarás", fue una de las frases que Raphinha escuchó en medio del conflicto. Este comentario se cumplió en el siguiente partido contra el Girona, donde Raphinha fue relegado al banquillo hasta el minuto 69, cuando ingresó al campo en un momento en que el Barcelona ya perdía 3-2.
Aunque dentro del vestuario se intenta minimizar el incidente, atribuyéndolo al "calentón del momento", la realidad es que la relación entre Raphinha y el cuerpo técnico ha quedado en entredicho. A pesar de que se asegura que la relación entre el delantero y el asistente de Xavi es "correcta", la tensión es palpable. El hecho de que el brasileño no fuera titular en el siguiente partido confirma que las consecuencias de la trifulca han sido serias.
Este incidente es solo uno de los muchos problemas a los que tiene que hacer frente Xavi Hernández en su gestión como técnico del Barcelona. La presión sobre el entrenador es cada vez mayor y los conflictos internos no hacen más que agravar una situación ya de por sí complicada. Los aficionados y la directiva observan con preocupación cómo las disputas internas afectan el rendimiento del equipo en el campo.
Este encontronazo no solo refleja la frustración individual que están sufriendo los jugadores, sino también la creciente tensión que se vive dentro del vestuario, lo que podría tener un impacto negativo en el futuro del equipo. La gestión de todos los conflictos será clave para para la estabilidad del vestuario y el éxito del conjunto catalán de aquí en adelante.