Todavía resuenan los ecos del arbitraje de Cuadra Fernández en el Athletic Club-Villarreal de hace dos jornadas que acabó con un polémico penalti por mano señalado a Yuri Berchiche. Aunque parecía que estaba olvidado, no ha tenido que pasar más de una semana para que muchos vuelvan a recordar aquel penalti tras ver como a César Azpilicueta le perdonaban una similar en Mendizorroza, aunque finalmente no sirviera para que el Atlético sumara en Vitoria.
En el penalti de Yuri, el disparo de Baena, que iba para afuera, impacta en el brazo extendido del defensa rojiblanco a la altura de la axila, motivo por el cual Hernández Maeso avisa desde el VAR a Cuadra Fernández para que vea la jugada en el monitor. Ayer, en Mendizorroza, avisaron a Gil Manzano para justo lo contrario. Cabe recordar que Atlético y Athletic están librando una auténtica batalla por la última plaza de la Champions, ambos están a tres puntos de distancia y se ven las caras este sábado.
No dudaba Gil Manzano en señalar penalti de Azpilicueta por mano en el salto con Kike García pero desde el VAR, Muñiz Ruiz avisaba a su 'colega' para que revisara en el monitor a pie de campo el penalti que acababa de señalar. Tras verlo de nuevo, Gil Manzano anulaba su decisión y dejaba sin efecto al mano de Azpilicueta pero ¿por qué?
El motivo es el famoso Play the ball del que tanto se ha hablado pero que nunca habíamos escuchado en pleno partido. "Es un posible play the ball del jugador defensor, ¿vale?", le decían desde el VAR. "Vale, perfecto, si es un play the ball a ver quién la juega", respondía Gil Manzano, que acababa retractándose tras ver la acción repetida.
"La mano es clara pero si la juega Azpilicueta, para mí es un play the ball, con lo cual nunca sería sancionable como penalti. Voy a cancelar el penalti", zanjaba el colegiado extremeño. El motivo es porque el balón que le da en la mano al defensa del Atlético es porque viene rebotada del propio jugador colchonero, si el balón hubiera salido de un rival y luego impactara en la mano, si sería penalti.
Como su propio nombre indica, hace alusión a la intención del defensor de querer jugar la pelota y no ocupar un espacio con su brazo para ganar la pelota. Si la pelota accidentalmente toca en el brazo de un defensa tras haberla jugado con el pie o la cabeza de manera activa, no sería castigado como penalti o falta nunca, como ha sucedido esta misma jornada con la jugada de Azpilicueta en el Alavés-Atlético de Madrid.