El Atlético de Madrid empieza a hacerse a la idea de lo que puede ser su etapa ‘post-Simeone’. Tras más de una década al frente de la entidad del Metropolitano, lo cierto es que el técnico argentino está cada vez más cerca de marcharse que de continuar. Por ello, el club quiere empezar a trabajar en su sucesión, antes de que sea demasiado tarde. Conscientes de que el de Buenos Aires puede decir adiós en los próximos años, desde los despachos ya se estaría trabajando en la idea de encontrar al candidato ideal para sustituirle. Esto es novedoso, ya que es la primera vez en muchos años en la que los colchoneros están empezando a asumir que esta posibilidad es cada vez más real.
Por primera vez en los últimos años, el Atlético de Madrid tiene claro que debe ir buscando un sustituto a Diego Pablo Simeone, en el caso de que el entrenador, que tiene contrato con la entidad hasta 2027, tome la decisión de abandonarla a final de temporada. Tal y como apunta Relevo, los dirigentes colchoneros ya estarían explorando el mercado de entrenadores, a la caza del reemplazo ideal en el caso de que el argentino diga adiós cuando finalice el presente curso, lo que supondría un ‘bombazo’ para su línea de flotación.
No es, ni de lejos, un calentón ni una decisión precipitada por los resultados, algo turbulentos, cosechados en los últimos cursos. Desde hace cinco meses, el Atlético de Madrid está tanteando el terreno por si el que es una de sus grandes leyendas tomara la decisión de finalizar su etapa en la capital pronto. Por segunda vez en los más de diez años que lleva al frente del banquillo, la opción de firmar a un sustituto se va convirtiendo cada vez más en una realidad con el paso de los meses, algo que es muy llamativo.
Después de que la renovación, más que como premio a su trabajo, se firmara para distribuir su salario, ya que, hasta el pasado año, sus emolumentos eran de 45 millones brutos, el Atlético de Madrid es consciente de que el desgaste de Simeone al frente de su banquillo se va haciendo cada vez más evidente. Además, la llegada de Carlos Bucero, quien disolvió la particular sociedad que tenía el argentino con Andrea Berta, quien podría marcharse a final de temporada, refleja que la política deportiva del club ha ido virando, poco a poco, considerablemente.
La llegada de Bucero podría haber sido un claro mensaje al entrenador quien, hasta ese momento, contaba con un altísimo poder de decisión. Entretanto, el consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín, está algo más al margen, ya que tiene que atender otras cuestiones, las cuales cuentan con una mayor trascendencia para el Atlético de Madrid como entidad.
En base a esto, el trabajo del Atlético de Madrid para buscar a un nuevo entrenador está siendo minucioso. Actualmente, hay varios perfiles que gustan en el club. Uno de ellos, el de Fernando Torres, actual entrenador del ‘B’. No es el único. En su momento, Jürgen Klopp, quien hizo historia con el Liverpool, era otro de los preferidos para hacerse con las riendas del vestuario. Luis Enrique, en su momento, fue otro de los fetiches de la entidad, tal y como confirmó el propio entrenador asturiano en la previa del encuentro de Champions.
Julen Lopetegui y Luis de la Fuente (antiguos representados de Carlos Bucero) han sido otros de los perfiles que se han manejado dentro de la agenda colchonera, que sigue mirando el mercado de forma continua. Eso sí, hay que destacar un nombre por encima del resto, y ese es el de Unai Emery. El técnico del Aston Villa, quien está haciendo historia con el conjunto de los ‘villanos’ es el que más le gustaría a Gil Marín, por lo que es alguien muy a tener en cuenta en la búsqueda colchonera del año cero ‘post-Simeone’. Asimismo, en el caso de que hubiera llegado Mateu Alemany, otro de los futuribles era Marcelino García Toral, quien ya dejó claro en su momento que se encontraba preparado para hacerse cargo de uno de los ‘grandes’ de nuestro país.
Eso sí, por el momento, la sucesión del argentino no ha arrancado de forma pública, dado que hay tres razones por las que el Atlético de Madrid no podría arrancar esta era. La primera, el alto salario que percibe el entrenador argentino. En este caso, o pactan una salida o nada, ya que la indemnización que tendría que recibir sería demasiado alta, lo que supondría un duro varapalo para las arcas del club. El segundo, que el propio Simeone es el que tiene derecho a decidir qué va a hacer con su futuro. En cualquier caso, desde la entidad se va a respetar cualquier decisión que tome el que ha sido y sigue siendo su preparador. El tercero consiste en que, en el caso de que se venda al club, los potenciales compradores, a buen seguro, querrán que el técnico siga al frente del vestuario. Habrá que ver, pero los primeros pasos ya se están dando…