Cuando faltan poco más de cuarenta y ocho horas para que Dani Alves abandone la prisión de Brians 2 de Barcelona para ofrecer una nueva declaración jurada ante la jueza que lleva su caso, un nuevo protagonista ha salido a escena. Su íntimo amigo Bruno Brasil. El único que le ha estado visitando todas las semanas desde que el pasado mes de enero el futbolista brasileño fuese condenado con prisión preventiva por un supuesto delito de agresión sexual en un conocido local de ocio de Barcelona.
Ha sido en el programa de Antena 3 'Ahora Sonsoles', donde este nuevo protagonista ha ofrecido una nueva versión sobre los hechos que ocurrieron en dicha discoteca: ''Dani habló con todas, como yo, pero más con ella (la víctima), que se acercó a él, en algunos momentos bailando y rozándose, llamando su atención''.
Cocinero de profesión y amigo tanto de Alves como de Joana Sanz, ha seguido defendiendo la inocencia del exjugador del Barcelona añadiendo cómo se movieron ambos por la sala. Por un lado, asegura que hubo un momento de la noche en el que "Alves se separó de ella para hablar con otras amigas", al tiempo que afirma que "fue esta misma joven quien volvió a acercarse a él. Entraron y salieron por separado y pasaron unos 15 minutos".
Y para finalizar, Bruno apuntó que el lo vio "todo normal": "No se dijo nada raro. Al salir del lavabo ella me dio un 'give me 5' (choca esos 5) y su prima un beso en la mejilla".
Después de escuchar estas llamativas declaraciones, Sonsoles Ónega no ha podido evitar pronunciarse al respecto: "La estrategia no puede ser más cristalina de querer desprestigiar a esta mujer''.
Sin duda alguna y después de que la jueza le haya denegado a la defensa del brasileño la contratación de un psicólogo para examinar a la presunta víctima, la versión de Bruno Brasil se presenta como toda una declaración de intenciones de lo que el próximo lunes intentará demostrar Dani Alves en su enésima declaración de los hechos.
Por el momento, ya lleva dadas hasta tres versiones y, debido a las múltiples contradicciones y al posible riesgo de fuga, la magistrada sustituta que entonces estaba a cargo de la investigación ordenó su ingreso en prisión.
Desde enero, el Juzgado de Instrucción número 15 de Barcelona ha recibido resultados de pruebas que juegan en contra de Alves, como el informe policial de las huellas dactilares encontradas en el lavabo de la discoteca y que corroboran la versión de la joven, así como la grabación casual a través de la cámara que portaba un mosso del estado en que se encontraba la joven minutos después de la presunta agresión sexual.