Alberto Gálvez3 min lecturaMientras continúa el cruce de declaraciones entre Joana Sanz y Dani Alves por el anunciado divorcio que le ha pedido la modelo canaria al futbolista brasileño, la cárcel de Brians 2 de Barcelona sigue estando muy entretenida con el exjugador del FC Barcelona entre rejas.
Ya han transcurrido más de dos meses desde que el lateral ingresara en el módulo 13 y, a la espera de que se dé a conocer la fecha de su juicio por la presunta violación a una mujer el pasado 30 de diciembre en la discoteca Sutton de la Ciudad Condal, anda ahora con un nuevo negocio entre manos. Según ha desvelado el ElCaso.com, Alves no para de firmar camisetas que le llegan de distintos presos y tiene a uno de ellos como intermediario.
Y es que tal es el auge de estas solicitudes que dicho interno cuenta con la autorización pertinente para moverse por la cárcel y recoger todas las indumentarias del conjunto culé. Las hay desde aquellas enviadas por las familias a las solicitadas a través de mensajerías.
Pero en la prisión nada es gratis. Según apunta dicho medio, el mencionado preso que se dedica a llevarlas al módulo 13 y que Dani Alves las firme, cobra una comisión a cada uno de ellos a través de paquetes de tabaco o distintos productos disponibles en el economato de la prisión.
Sin duda alguna, desde la llegada de Dani Alves a esta cárcel barcelonesa, el fútbol se ha puesto más de moda que nunca. Tanto que el propio futbolista ha montado su propia competición para amenizar las horas tan largas que pasan entre rejas.
Y por el momento, todo hace indicar que el exjugador del Sevilla y la Juventus, entre otros, deberá seguir con esta rutina, porque según las últimas previsiones su juicio podría retrasarse hasta dentro de un año y medio.
Mediante otra historia de Instagram, la ya expareja de Dani Alves compartió una reflexión para cerrar de una vez por todas el tema de su separación: "En la vida uno tiene que mirar en cinco direcciones: adelante, para saber a donde vas; atrás, para no olvidar de dónde vienes; abajo, para no pisar a nadie; a los costados, para ver quién te apoya en los momentos difíciles; y arriba, para tener presente que siempre hay alguien que te cuida y te protege.